El Conservatorio Profesional de Música de Santiago recupera las clases presenciales, a excepción de las de canto y de interpretación de música de viento.
En estas disciplinas se impartirá la docencia más teórica y las materias que no favorezcan generar aerosoles, para así cumplir con las medidas recomendadas para la prevención del covid-19.
El director del centro, José Luís Quintas, afirma que esas excepciones afectan a un elevado volumen de alumnado: «Temos dous docentes de canto. E de instrumentos de vento hai moita demanda, sobre todo polo arraigo que teñen as bandas de música tradicionais: só de clarinete hai por volta de 50 estudantes, e tamén de frauta, óboe, fagot, saxofón, e do grupo de vento-mental, trompeta, trombón, trompa ou tuba», explica.
Tampoco hay actividad por el mismo motivo de los grupos musicales del centro: las bandas juvenil y sinfónica, los conjuntos de viento, jazz y big band; y las agrupaciones de música de cámara con instrumentos de viento y canto.
En la Escola Municipal de Música las clases presenciales comenzaron el lunes de la semana pasada, con las mismas excepciones que tiene ahora el Conservatorio.
Su director, Fernando Rey, señala que se trata de ayudar a ese alumnado con una docencia más teórica, y se intentó que la mayoría de las 450 personas matriculadas pudiesen regresar a las actividades en el centro.