«La Pasión según San Juan» que ofreció el Amsterdam Gemengd Koor (el Coro Mixto de Amsterdam) en el Concertgebouw de la ciudad el pasado 8 de marzo, cinco días antes de que el Gobierno de los Países Bajos decretase el cierre de las salas de conciertos resultó tener consecuencias dramáticas para la salud de los que participaron en el concierto: cuatro fallecidos y más de cien infectados por coronavirus entre los miembros del coro, de la orquesta, de los solistas, el director y familiares presentes entre el público. Durante el ensayo general, el día anterior al evento, 15 cantantes manifestaron que se sentían enfermos. En los días siguientes, y a medida que el número de miembros del coro que mostraban síntomas seguía creciendo, los representantes del grupo alertaron al GGD, el equivalente holandés de las Consejerías de Salud, aunque según denuncian, no fueron tomados en serio. Se han registrado otros coros con un gran número de afectados, como el Skagit Valley Choir, cerca de Seattle en Estados Unidos, con dos fallecidos y 45 contagios de los 60 que asistieron al ensayo que se realizó el 10 de marzo a pesar de que la enfermedad ya estaba extendida en la zona; el Coro de la Catedral de Berlín, con 60 personas infectadas de 80; la Sociedad Coral Excelentia de Madrid con un fallecido, dos cantantes graves y 75 coristas con síntomas compatibles con el coronavirus tras el concierto celebrado el día 6 de marzo; o el Coro del Teatro de la Zarzuela de Madrid con siete ingresados y más de 30 afectados, además del personal de administración y técnico del que no se facilitaron cifras.
El Amsterdam Gemengd Koor es un coro amateur, fundado en 1928. En la actualidad cuenta con 130 miembros con una edad promedio superior a 50 años. El coro se presenta dos o tres veces al año bajo la dirección de Paul Valk, con el Concertgebouw como centro de operaciones. El concierto del día 8 de marzo tuvo un público de alrededor de 1.000 personas y además del coro, participaron en él la Orquesta de Holanda y los solistas Ronald Dijkstra (Cristo), Jeroen de Vaal (evangelista), Klaartje van Veldhoven (soprano), Helena van Heel (mezzo-soprano), Gerben Houba (tenor) y Berend Eijkhout (bajo). 102 de los 130 miembros del coro enfermaron con síntomas compatibles con el coronavirus y algunos fueron ingresados en la UCI. También contrajeron la enfermedad todos los solistas, muchos de los músicos de la orquesta y el director, Paul Valk, que ingresó en cuidados intensivos poco después del concierto. Uno de los coristas, de 78 años y tres socios del coro que habían asistido como público no sobrevivieron. La formación, a la que a causa de las medidas extraordinarias tomadas por la pandemia no se permitió despedir a sus compañeros cantando, sufrió un fuerte trauma.
El coro tuvo su último ensayo ordinario el 3 de marzo, cuando en los Países Bajos ya se habían registrado más de cien infecciones y entre los miembros de la formación ya había algunos con síntomas de la enfermedad. El día 7, en el ensayo general, con orquesta y solistas, quince coristas declararon sentirse enfermos pero manifestaron querer participar igualmente en el concierto. El día del evento, 30 miembros del coro se ausentaron por enfermedad. El día 9 el Primer ministro recomendó a la población no estrecharse la mano al saludar. El ensayo previsto del coro para el día 10 tuvo que suspenderse por la enfermedad del director y el día 12 el Gobierno cerró las Salas de Concierto. La dirección del coro pidió a las autoridades sanitarias que realizaran pruebas a la formación basándose en que era una agrupación de más de cien cantantes, que acababan de tener un concierto en el que habían estado cantando cerca el uno del otro, y que podría haber un gran contagio dentro de sus filas, pero no fue posible porque sólo se evaluaba a las personas hospitalizadas. El GGD se limitó a enviar una larga carta con instrucciones higiénicas para los miembros del coro.
Esa misma semana muchos miembros del coro fueron ingresados en el hospital, algunos de ellos en la UCI. Uno de los coristas y tres socios de la agrupación fallecieron y uno de los cantantes permaneció en cuidados intensivos cuatro semanas, y se encuentra en estos momentos en rehabilitación. Al dolor de la pérdida, los coristas sienten el no haber podido despedir convenientemente a sus compañeros. Cuando las circunstancias lo permitan, el coro quiere cantar el ‘Réquiem’ de Mozart en el Amsterdam Westerkerk. «Una expresión de resistencia y dolor colectivo, cantando para las personas que murieron y que tuvieron que ser enterradas de una manera tan irreal y silenciosa».