Artículo opinión: León Levinsky
El hampartista Eugenio Ampudia, conocido fuera del «mundillo» del arte gracias a un vídeo del youtuber Antonio Garcia Villarán, ha irrumpido en el mundo de la música con un concierto para más de 2.000 plantas.
En la página del Liceu se lee, además, sobre el concierto: «Tras un tiempo doloroso y extraño, el creador, la dirección artística del Liceu y la comisaria Blanca de la Torre, proponen una mirada distinta para la vuelta a la actividad, una mirada que nos acerque a algo tan esencial como nuestra relación con la naturaleza… El Liceu, una de las mayores y más relevantes salas operísticas del mundo, acoge y protagoniza así una acción de alta carga simbólica que reivindica el valor del arte, la música y la naturaleza como carta de presentación para retornar a la actividad. Este diálogo entre el Teatre y las artes visuales da continuidad al proyecto artístico del Liceu de les Arts que desarrolla Víctor Garcia de Gomar y será también el preludio de una temporada 2020/21 llena de sinergias y encuentros entre disciplinas artísticas».
Cada planta tendrá su entrada con el número de butaca que le corresponde. Aunque las luces no se apagarán. Al final del concierto, el público vegetal aplaudirá a los intérpretes: se ha grabado un audio del sonido de las hojas chocando entre ellas, de cuando las mece el viento y otros sonidos de la naturaleza, para transformarlos en su aplauso.
Por causas del Covid-19, los teatros y salas de conciertos deben idear nuevas fórmulas para llegar a un público inexistente, además de la dificultad de realización de cualquier tipo de evento por las razones legales que esto presenta. Presumiblemente podemos pensar que este espectáculo artístico se realiza como un intento desesperado de reactivar un concierto a través del streaming y aprovechando que las plantas no necesitan distanciamiento social, con un formato «barato» de una sola pieza y un cuarteto de cuerdas.
Ampudia es un experto en sacar «tajada» de estos conceptos, solo vendiendo esto: un concepto vago que no ahonda ni da vida a nada interesante, ni diferente ni trabajado. Además del vídeo-arte que presenta, que más que vídeo-arte viene a ser únicamente una grabación del concierto.
Aprovechamos la noticia para recordar un evento muy parecido realizado hace poco tiempo, el concierto para perros de Jesús Salvador Chapí. Esta propuesta, por el contrario, sí era original y mucho más trabajada, con un mejor sentido del espacio y la obra, desarrollándose a través de frecuencias que los animales sí podían discernir.
Por cierto…
Me gustaría saber la dotación económica de este concierto que hablamos.
Me gustaría saber si las plantas, ya que tienen su entrada, ¿pagarán el correspondiente IVA?
Esperemos que en futuros proyectos no nos quieran tomar el pelo.