“Nací un 1 de Mayo de 1967 en Enguera. Mi vocación por la música, como en la mayoría de los casos, me viene desde muy pequeño. Mi abuelo fue clarinetista de la banda del pueblo y un gran aficionado a la música durante toda su vida. Mi padre, que el pobre tuvo que transitar los difíciles tiempos de post-guerra, no pudo, a pesar de su enorme afición, aprender a tocar ningún instrumento. Aunque eso sí, presumía con el humor que le caracterizaba, de haber tocado “los guerretes” (triángulo) de la mano de su padre. Animado por ambos comencé en la precaria escuela de la banda del pueblo donde tres personas se hacían cargo de más de un centenar de niños todos los días después del colegio y por supuesto, “al precio de la ilusión”, es decir, sin cobrar nada a cambio.
Desarrollé mi predilección por la música gracias a mi maestro en el colegio
Ahora que tristemente es un tema de tanta actualidad la reducción de la música en la enseñanza general, tengo que decir que gracias a haber tenido un maestro en el colegio, José Cambra, que me motivó en ese sentido desarrollé la predilección por la música. Tuve la fortuna de encontrarme con el que sería uno de mis más queridos maestros Manuel Vidal Pérez al frente de la banda de Enguera más de 23 años. De su mano aprendí a tocar el saxofón, mis primeros pasacalles, conciertos, “solos” con la banda…. ¡Qué grandes enseñanzas recibí de mis mayores y con qué cariño los recuerdo!.
A pesar de los problemas para viajar fuera del pueblo por la ausencia de tren y medios de transporte público fui una de las primeras generaciones en poder acceder al conservatorio. Fui conociendo profesores como Francisco Moral, Amparo Madrid, Miguel Llopis, entre otros… En el Conservatorio Superior de Valencia conocí al que fuera mi mayor referente: Luis Blanes Arques, aunque era de Alcoy vivió en Enguera. Esta amistad se fue fortaleciendo a lo largo de los años hasta el momento que nos dejó.
Si tuviera que destacar a algún profesor en especial a lo largo de mi vida sería, sin lugar a dudas, Luis Blanes, con quien aprendí además de una disciplina tan importante como la armonía un sinfín de valores y criterios sobre dónde encaminar mi carrera musical. Uno de mis máximos anhelos era poder estudiar con el gran saxofonista Antonio Daniel, solista de la Banda Municipal de Valencia. Cuando llegaba con mi Seat 600 a Valencia montaba el saxofón dentro del coche y calentaba un poco antes de subir a su pequeño piso donde nos hacía tocar ¡cara a la pared!. Una de sus frases más repetidas era: -Xiquet, la música sólo se puede hacer de dos formas: bien y mal. Todo lo que no esté a mi gusto, lógicamente, está mal-.
Un director no lo puede saber todo…pero debe acercarse al conocimiento absoluto”( H. Scherchen).
Proseguí mis estudios con piano, composición e incluso me inicié en el contrabajo (reconozco que lo toco bastante mal, ja, ja..) para conocer los instrumentos de cuerda y así ampliar mis conocimientos.
Por diferentes causas, decidí que tenía que realizar mis estudios de dirección en otros conservatorios y el destino me llevó hasta Gerona. Allí pude conocí a grandes profesores como Bruno Membrey, prestigioso director de orquesta francés. También dejó gran huella en mí el musicólogo americano Carl Schachter a pesar de lo fugaz de nuestro encuentro.
Entre los años 90 al 92 estuve al frente de las bandas de Enguera de Fuente la Higuera y de Vva. De Castellón. Tiempos de aprendizaje musical y social impagable.
Profesores de cursos intensivos fueron José María Cervera Collado, su padre José María Cervera Lloret, Bernardo Adam Ferrero… Por cierto, la primera banda amateur que dirigió el maestro Adam Ferrero fue la de mi pueblo y por esa razón siempre mantuve y mantengo una relación personal y profesional muy cercana con él y su familia.
En cuanto a la composición, desde pequeño copiaba al dictado escuchando cintas de cassete grabadas de la radio, pasajes de música de películas… incluso en ocasiones le añadía algunas armonías de forma intuitiva… todo ello ¡¡ con un teclado CASIO!!. Tuve también la ocasión de colaborar como bajista en una orquesta de mi pueblo haciendo arreglos, la “Orquesta Zíngaros” con la que pasé unos años inolvidables.
Mi primer trabajo estrenado al público fue un himno para la población de Marcillac (Francia) en 1991. Lo estrenó la banda de mi pueblo en un viaje que realizamos allí. A ello le siguieron pasodobles y trabajos de juventud. El Sorior y La Orden de Uclés fue mi primera obra destacable de la que tengo más de 100 programas de concierto de la década de los 90 de estas interpretaciones. Le siguieron: El amuleto mágico, El bosque quemado y Memorias de la Cabaña que fue obra obligada en el Certamen Internacional de Valencia para su primera sección en 1999. Fue por entonces cuando asumí la dirección de la Agrupación Musical “L’Amistat” de Quart de Poblet y unos años más tarde de la U.M. de Alaquàs.
Los principios de la enseñanza general son muy duros
Cuando comencé en la enseñanza general puedo confesar que los principios son muy duros. Te enfrentas a un colectivo de alumnos a los que intentas enseñar música de forma obligatoria. Llevarte a tu terreno a un adolescente que piensa que tu asignatura es sólo un relleno requiere de una serie de herramientas y estrategias que se adquieren a base de experiencia y que resultan casi inaccesible para alguien como yo que provenía de un entorno totalmente distinto. Sin embargo, esta faceta, es además de la más dura, la más satisfactoria, creo haber iluminado muchas vidas con una actividad tan completa. Esto también me ha dado la oportunidad de componer varias obras con motivos pedagógicos: Lluna Mediterrania, Una història per contar, Happy Siphal, etc.
En los años posteriores llegaron las primeras grabaciones internacionales, algunas más comerciales como Portraits of Spain, obra obligada este año 2022 en el CIBM de Valencia.
En 2004 me hice cargo de nuevo de la U.M. Sta Cecilia de Enguera, uno de los periodos de mi vida más satisfactorios. Con la sociedad de tu pueblo te sientes muy identificado. Obtuvimos 7 galardones en certámenes nacionales y el internacional de Kerkrade en 2009. Esta modesta sociedad tiene en su haber la puntuación más alta obtenida nunca en el Certamen de la Diputación de Valencia y en su primera sección. Fue una etapa dorada para la sociedad.
De 2007 a 2009 estuve al frente de la banda jove de la FSMCV. Llegaron obras como Cue Sheets, también obra obligada en el certamen de Valencia en 2012.
En 2008 asumí la dirección de la S.M. La Primitiva Setabense de Xátiva, siete años de relación artística de mucho respeto y admiración hacia esa sociedad. Xátiva tiene sello propio, es una sociedad histórica sembrada de importantes acontecimientos.
Otra de las sociedades a la que he estado ligado desde pequeño es mi venerada S.M. “L’Entusiasta” de Benifairó de la Valldigna. Me resulta imposible enumerar la cantidad de vivencias musicales y personales. Sin duda, crecí musicalmente allí y considero este pequeño pueblo como mi segunda casa.
Mi música ha sido mi pasaporte
Mi música ha sido como mi pasaporte a muchos y diferentes lugares, cantidad de países y culturas distintas que la música me ha permitido conocer. Portugal, Cuba, Colombia, Costa Rica, Rusia, Bélgica, Holanda, Japón… en España he tenido la ocasión de trabajar en muchos y distintos proyectos profesionales y amateurs, conciertos realizados con las bandas municipales de A Coruña, Palma, Alicante, O.S. Albacete y la Banda Municipal de Valencia.
En 2016 adquirí la condición de Doctor en Humanidades/Música por la Universidad Cardenal Herrera CEU con la tesis Puntos de referencia en la obra de Luis Blanes tradición y modernidad.
No debemos dejar nunca en el ámbito de la dirección decir que los certámenes de bandas forman parte de la propia genética de las bandas que esto nos desvíe de nuestro camino. He tenido que participar en innumerables concursos, pero lo que digo siempre: el verdadero premio en un concurso de este tipo es el trabajo bien hecho y que esto se transforme en una elevación del nivel de la banda el resto es únicamente un cuadrito en la pared.
En 2017, decidí que debía poner fin a mi actividad como director de banda amateur. Todos somos conscientes de que el panorama actual de las bandas valencianas es muy distinto al de hace sólo unas décadas. Las prioridades y expectativas de los jóvenes músicos son totalmente opuestas a las de antes y eso hace que haya que utilizar otras estrategias de trabajo. De toda esta etapa me siento especialmente satisfecho de la cantidad de jóvenes músicos a los que tuve la ocasión de dar su “primer empujón” y que hoy se han convertido en fantásticos profesionales
Para componer se requiere gran vocación pero es imprescindible adquirir la técnica apropiada
En cuanto a la composición para banda se requiere una gran vocación, pero además debemos adquirir la técnica apropiada. Cualquier estética elegida puede ser loable siempre y cuando se hacen las cosas con el suficiente rigor. Al igual que tenemos muchos y grandes compositores en nuestra comunidad, hay que decir que también hay una gran cantidad de obras con poca o ninguna personalidad y que son imitaciones. La razón es que hoy está al alcance de cualquier músico escribir ( no componer) en un editor digital de partituras y escuchar el resultado virtual, pero puedo garantizar que, si el autor/a de estas obras no tiene la preparación suficiente, esta música aportará poco o nada. No hay que caer en patrones o clichés ya explotados.
Para finalizar decir que actualmente sigo dirigiendo como invitado en diferentes festivales y conciertos, además del del recién y flamante proyecto VALÈNCIA PROWinds que tan excelentes resultados y aceptación está teniendo.”
Manoli Aracil