Exactamente este personaje se debate en dos posibles amantes (o incluso tres) con las que Beethoven tuvo relación. Una de ellas era Antonie Brentano y la otra Josephine Von Brunswik , también se dice de su propia cuñada con la que peleó por la custodia de su hijo, aunque con esta última, los musicólogos la han desmentido en sus investigaciones.
La carta de amor que fuero encontrada escrita por el compositor nunca revelaron nombre, un borrador de 10 páginas y siempre estuvo oculto. En ella se dirigía a la “Amada Inmortal” de la siguiente forma “Mientras sigo en la cama, mis pensamientos se precipitan hacia ti, mi Amada Inmortal, a veces con alegría, otras veces con tristeza, esperando ver si el Destino nos escuchará” .
Beethoven era muy pasional, lo demuestra en su forma de escribir “El amor exige todo y con razón, y así es para mí contigo, para ti conmigo…”
Los musicólogos se inclinan hacia Antonie por alguna de estas frases ya que ella era casada, mujer de uno de sus amigos. Una de estas frases es la siguiente: “¿Puede nuestro amor persistir si no es mediante el sacrificio, si no lo exige todo?”
La otra “Amante Inmortal” podría haber sido Josephine, ella entraba y salía de su vida. Era una joven viuda y lo rechazaba por ser plebeyo, sin embargo, en las cartas de Beethoven, cada vez que se dirigía a ella la llamaba “Mi ángel” (como en la carta de la “Amada Inmortal”).
En estos últimos años, el equipo de investigadores del Museo de Beethoven en Bonn, lugar de nacimiento del compositor, aseguran que era ella, Josephine.
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