Karl Van Beethoven fue el sobrino por el cual, Beethoven luchó por su custodia. Más de cinco años de batallas legales por el hijo de su hermano contra su cuñada Johanna, la madre del muchacho. Este hecho fue una de las grandes obsesiones de su vida, afectándole de tal forma que ni siquiera compuso una sola nota durante este periodo de tiempo. Un sinfín de batallas que comenzaron cuando el niño contaba con tan solo nueve años. La custodia la consiguió definitivamente en los últimos años de vida.
Esta situación quizás fue debida a la carencia de afecto que Beethoven sufría. El hijo de su hermano era como una referencia de cariño en su solitaria vida.
En el testamento de Kaspar (hermano del compositor) otorgaba la custodia de Karl a Beethoven como tutor legal compartida con Johanna, madre del niño, convirtiéndose así los dos como cotutores, pero Beethoven quería la custodia exclusiva, tomando como acusación que la madre del niño estaba envuelta en actividades criminales, ya que esta se había visto envuelta por malversación de dinero en su matrimonio, por lo que el tribunal cedió hacia el compositor y declaró a su favor.
Johanna visitaba al niño a la salida del colegio y Beethoven pidió orden de alejamiento, consiguiéndola legalmente, aunque la madre del niño continuó luchando y se basó en que por la sordera que sufría el compositor no era capaz de educarlo correctamente. Esa acusación fue desestimada.
Otro de los motivos ejercido por Johanna fue la petición del cambio de colegio, pero ante las buenas notas del niño y buenos informes tampoco pudo conseguirlo.
Johanna también denunció por maltratos, aportando varios testigos muy bien asesorada, pero al no ser nobles, el caso fue pasado al juzgado común.
Ante tanta acusación e inconvenientes, de forma provisional, se volvió de nuevo a desestimar la tutoría exclusiva hacia Beethoven, pero cambió de abogado acudiendo a uno de los mejores de Viena, valiéndose también de ayuda de tráfico de influencias y poderosos amigos, de esta forma ganó el recurso ante la desestimación de Johanna ante el emperador.
Beethoven poseía grandes influencias, pues fue profesor de piano del hijo del emperador, con el cual tenía profunda amistad y lo protegía, de hecho le dedicó 14 de sus composiciones, entre ellas tríos, sonatas, conciertos… esta amistad fue muy decisiva, alegando que el compositor era un excelente tutor.
