Crearon en la Argentina un “zoom” para músicos que permite ensayar y tocar a distancia
Se llama Sagora. Lo desarrolló la Universidad de Quilmes y es gratuito. Funciona en Windows y Mac y preparan una versión para celulares.
Fuente: https://www.clarin.comcd
Hace ya casi un año, cuando el coronavirus comenzaba a propagarse por el mundo cambiando todas las rutinas y ampliando al máximo la virtualidad, un grupo de artistas e investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) comenzó a idear una forma de practicar música junto a sus pares sin exponerse al contagio del virus.
Y es que si bien la pandemia potenció la descarga de plataformas de videotelefonía como Zoom, Google Meets o Microsoft Teams, ninguna aplicación contaba con propiedades de audio en tiempo real.
Por eso los artistas de la Escuela Universitaria de Artes de la UNQ crearon su propia alternativa: un software libre y gratuito que permite conectar múltiples usuarios en una sala virtual y transmitir el sonido sin que se cancelen las señales, como suele suceder en el resto de las plataformas.
Bautizado como Sagora, el novedoso proyecto quilmeño comenzó a utilizarse a modo de necesidad educativa y profesional, y en menos de un año logró un éxito inconmensurable. Fue puesto a prueba por primera vez en mayo de 2020. En agosto ya salió la segunda versión, la 1.1. Y en cuestión de meses, el software que busca simular una sala de música desde la virtualidad fue descargado por más de 80 mil personas.
Este número y el buen rendimiento del software no solo sirvieron para darles una satisfacción por lo logrado a los autores del proyecto. Al contrario: Sagora recién empieza. El equipo de la Universidad quilmeña y su programa fueron elegidos para recibir un aporte no reembolsable (ARN) de $ 15 millones del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, que servirá para acelerar el desarrollo del software y mejorarlo, algo que se complicaba, precisamente, por la falta de financiación.
El novedoso software surgió en la Escuela Universitaria de Artes de la UNQ.
«Todo empezó porque no podíamos llevar adelante los ensayos que generalmente teníamos», recuerda Diego Romero Mascaró, director de la Escuela Universitaria de Artes de la UNQ y director ejecutivo del proyecto Sagora.
Y cuenta: «Este cuatrimestre yo tengo a mi cargo dos talleres de improvisación, y se me hacía muy dificil pensar de que manera evaluar a los estudiantes».
Al ser la única forma de transmitir música en tiempo real, Sagora no tardó en acumular visitas a su web oficial y descargas de todos los rincones del mundo. «El software fue descargado desde 75 países en los cinco continentes. Al momento ya fue traducido al portugués, inglés y francés y próximamente estará disponible en italiano y ruso», contaron desde la Universidad.
En el marco del «Programa Soluciona. Reactivación de la Economía del Conocimiento», y con la ilusión de poder seguir desarrollando su proyecto, los artistas e investigadores se presentaron para recibir un aporte no reembolsable de 15 millones de pesos y fueron uno de los pocos seleccionados.
El programa ya fue traducido al portugués, inglés y francés, y próximamente estará disponible en italiano y ruso.
«Presentamos el proyecto al Ministerio en la búsqueda de financiamiento. Estábamos muy trabados con la posibilidad de seguir trabajando», declaró Romero Mascaró respecto del ARN. Y agregó: «Estamos muy contentos porque esto nos permitirá equiparnos, contratar servicios de Google, pagar honorarios profesionales de programación con el propósito de poder sacar una nueva versión para computadoras y dispositivos móviles; y traducir el programa y los tutoriales a más idiomas».
Actualmente Sagora está disponible para Windows 7, 8 y 10, tanto en sistemas operativos de 64 bits como de 32 bits, también para Mac-OSX y Linux (de 64 bits).
El requisito para poder utilizarlo en Windows es descargar previamente Asio4All, un programa -también gratuito- que permite reducir la latencia (el famoso «delay») en la reproducción de audio de las tarjetas de sonido.
De cara al desarrollo, cuentan en la UNQ, yace también la posibilidad de adaptar el software a los teléfonos. «Tenemos varias ideas. Una de ellas es tener una versión para dispositivos móviles, una versión web y, también, estamos pensando en una segunda versión que sume nuevas características», cierra Calcano.