El compositor y director Rubén Jordán recibe el I PREMIO JOSEPH RATZINGER a la trayectoria profesional otorgado por la Basílica del Stmo. Cristo de la Vera Cruz de Urda (Toledo).
Rubén Jordán, actual Maestro de Capilla de la Basílica del Stmo. Cristo de la Vera Cruz y director titular y artístico de la Banda Municipal de Urda ha sido el galardonado en esta primera edición «por su contribución al patrimonio musical de la Basílica de Urda y de la Diócesis de Toledo, así como por su singular aportación al mundo de la música cofrade cuyas marchas procesionales como Bajo tu Amparo, dedicada a Ntra. Sra. del Amparo de Sevilla; Sé siempre nuestra Esperanza, dedicada a la Esperanza Macarena de Sevilla; Mariúpol; Virgen del Darro, dedicada a la Virgen de las Maravillas de Granada o, la más reciente, Urda Nazarena, se han convertido en poco tiempo en parte de la banda sonora indispensable en la Semana Santa. Pero también la música de capilla, compuesta especialmente para la ciudad de Granada, con piezas como Tres lamentaciones, para coro y trío de capilla, o Reina y Abadesa de Granada han contribuido a engrandecer el patrimonio litúrgico musical».
Como constata el párroco-rector de la Basílica del Stmo. Cristo de la Vera Cruz de Urda Juan Alberto Ramírez, tan sólo la Catedral Primada de España y la Basílica de Urda, dentro de la Diócesis de Toledo, tienen unos oficios musicales propios compuestos ex profeso para los oficios de Semana Santa y otros días del calendario litúrgico. Así pues, con este reconocimiento, se pone en valor y se apuesta por el trabajo realizado, y que continúa realizando, Rubén Jordán por el patrimonio musical urdetano y, por ende, Toledano.
Desde la Basílica del Stmo. Cristo de la Vera Cruz se ha puesto en marcha esta iniciativa anual mediante la cual se reconocen los logros alcanzados por aquellos creadores que han destacado, a lo largo de su ejercicio profesional, en una importante contribución al patrimonio artístico religioso y/o litúrgico de la Iglesia Católica a través de la belleza de la creación artística.
Decía Joseph Ratzinger que «la belleza auténtica abre el corazón humano a la nostalgia, al deseo profundo de conocer, de amar, de ir hacia el Otro, hacia el más allá». Es por ello que, desde esta institución garante de la fe, se apuesta por la belleza artística como vehículo para conocer y alcanzar a Dios.