«Mis comienzos musicales fueron un poco «diferentes»…empecé en una Orquesta de plectro tocando el laud …jajaja… pero mi abuelo (era tubista) me insistía y acabé en la banda de mi pueblo el CIM de Mislata y ahí empecé con el clarinete (otra cosa inusual en un trombonista) para luego continuar con el trombón.
Profesores he tenido muchos y, por suerte, muy buenos ,pero el que fue mi principal mentor fue D.Joaquín Vidal. Más tarde estudié con J.Chenoll, E.Ferrando , Miguel Rivera.… Con este último, una anécdota o más bien un hecho a destacar era que para dar una clase de 1 hora me iba y venía hasta Barcelona en el mismo día en autobús 10 horas de viaje en la época.
Actualmente, la falta y la precariedad de trabajo, es un gran problema. Hay poco y la mayoría de las veces mal pagado y esto provoca el desencanto de muchos jóvenes magníficamente preparados que no tienen la posibilidad de acceder a una plaza acorde a su preparación y nivel.
A nivel de estudiantes…la excesiva carga lectiva entre conservatorio e instituto unido a las escasas posibilidades de encontrar trabajo una vez finalizados los estudios superiores hace que el abandono en el Grado Profesional se dispare. Esto acabará repercutiendo en los Conservatorios Superiores más pronto que tarde.
Mi consejo es que si deciden hacer de la música su profesión que se preparen tan bien como puedan y que trabajen todo lo que puedan y más. Solo consiguen llegar al final los mejores y los más constantes. Que no se rindan, que aprendan de cada prueba, que nunca vayan a una prueba a «probar». Hay que ir a ganar si o si y si no se gana, se aprende de ello.
Yo doy gracias cada día por haber tenido la suerte de hacer de mi pasión mi profesión y seguir disfrutando cada día cada concierto con la misma ilusión del primer día.»