Nací en Agost en 1947 y mí iniciación en el mundo de la música, fue exactamente igual que la de todos los músicos de nuestra tierra, primero en la academia de la banda de mi pueblo con el maestro D. Juan Molina, pero, un caso un poco curioso, comencé a los 15 años cuando todos mis amigos ya eran músicos y tocaban el primer papel en la banda.
Aquel hombre mayor que tomaba el sol….
Resulta que, iba un sábado por la mañana a ayudar a mi padre a trabajar en una viña que teníamos, en el camino a las afueras del pueblo, había a la salida del pueblo un hombre muy mayor tomando el sol, aquel señor era el padre de D. Manuel Moltó, uno de los más grandes del saxofón en España puesto que, era saxofón solista y subdirector de la Banda del Generalísimo, heredera de la “Laureada Banda de Albarderos del Rey, hoy Guardia Real”. Aquel hombre, persona culta (dicho sea de paso) había sido secretario del Ayuntamiento, y cuando se jubiló a los 70 años, puso una academia para enseñar a leer a los jóvenes, los cuales en aquella época íbamos poco a la escuela, puesto que, desde muy temprana edad había que ayudar en casa en lo que fuere: pastor, pinche, aprendiz, peón de albañil….y allí en la academia del “tío Manigüel de Blai” aprendíamos lo que en aquellas escuelas estatales no aprendimos; leer, escribir, las cuatro reglas….y los que tenían más interés, aprendían quebrados….En mi caso, cuando me presenté para el examen de suboficial músico, pasé sin problemas el examen de cultura previo, con lo que D. Manuel me enseñó.
Aquel señor me convenció para que asistiera a las clases de solfeo, pues decía que, había pocos educandos en la academia y que yo aprendería enseguida…..total que entre el “Tío Manigüel” y mis amigos que era todos músicos, comencé con las clases de solfeo, después el instrumento. Un alto trompa para iniciarme, a continuación la trompeta y por último el fliscorno. Como aquello de la música me gustó puesto que ya había dilucidado aquellos signos que me parecían escritura china, me puse con todo mi ahínco con el instrumento y a los 17 años me apunté voluntario a la Banda de Música del Ministerio del Ejército en Madrid, por medio de Severo Berenguer, un amigo de mi padre que era sargento clarinete. Me matriculé libre de solfeo y aprobé los cuatro cursos con sobresaliente, excepto el 4º cuso que saqué notable, pues me equivoqué en el dictado, materia que no había trabajado nunca. Iba muy preparado, puesto que el maestro de Agost era un gran solfista y en Madrid me preparó el examen Manolo Aracil, (Q. E. P. D.), un amigo, podría decir hermano, el cual era fliscorno de la Banda Municipal de Madrid. Seguidamente me matriculé en el conservatorio en las clases de trompeta con D. Julio Molina, historia y estética y harmonía con D. José Moreno Bascuñana, de los cuales guardo un agradecido recuerdo, así como de D. Alejo Sánchez Sáez, quien me preparaba las clases del conservatorio en su domicilio. También guardo mi agradecimiento a los suboficiales músicos de la Banda del Ministerio, los cuales no me dejaban en toda la mañana ni un minuto libre de sus consejos y guías.
A los 22 años cuando estaba cursando el último curso de la carrera, anunciaron plazas en la Banda Municipal de Bilbao, me presenté y gané la oposición y allí estuve 6 años en el puesto de fliscorno solista. En el Conservatorio Vizcaíno, me matriculé en la clase de percusión que ya había comenzado en Madrid terminé la carrera y entré a formar parte de la Orquesta Sinfónica. A los 28 años vine de vacaciones a Agost y me presenté con la trompa en la Banda Municipal en una plaza interina, para unos años después conseguirla en propiedad, cargo que he ocupado hasta mi jubilación a los 65 años.
He sido director durante 11 años de la Banda Unión Musical de Dolores, fundador y director de la Banda Virgen de la Paz de Agost, me he presentado a más de 70 certámenes consiguiendo toda clase de premios 1º, 2º, 3º y por tres veces el primer premio y mención de honor en el Certamen Internacional de Valencia.
He estudiado harmonía, contrapunto, fuga y composición con D. Manuel Berná el cual me trató como si fuere su propio hijo, he escrito unos 200 artículos, los cuales han sido publicados por el diario Heraldo de Soria y por la revista que dirigía nuestro gran amigo Octavio Hernández “Nuestras Bandas de Música”. Musicalmente he compuesto de todo, algunas obras con notable éxito, encargos para el Otoño Musical Soriano, fiestas de nuestra tierra, conciertos solistas los cuales han sido interpretados por notables solistas, cuartetos….de todo un poco. En la actualidad sigo escribiendo, componiendo y cuidando mi huertecito y mis flores en una pequeña finca que heredé de mis padres.
Proyectos no tengo ninguno puesto que, a mi edad he de ir al día escribiendo y componiendo lo que se me ocurra, cultivando la amistad con mis amigos mientras Dios me dé salud para ello.
Las Bandas están mejor que nunca.
Las Bandas de hoy en día, están mejor que nunca en la vida, casi todos estudiando en los conservatorios, la mitad de los músicos con la carrera terminada. Los directores lo tienen muy fácil, hace unos años los directores de pueblo tenían que ser verdaderos héroes, para lidiar con músicos sin estudios a los cuales había que enseñarles hasta a respirar. Lo que no apruebo es que buscan demasiado el aplauso fácil, pasándose el año con conciertos de música de películas, festera, Semana Santa….Creo que con las plantillas que tienen hoy las bandas deberían, además de esos conciertos, casi obligatorios, “JUGARSE UN POCO MÁ S EL TIPO” con obras sinfónicas, ah, y no olvidar la ZARZUELA que es nuestra música nacional.
El que estudia siempre tiene un lugar preparado
A los jóvenes, les recomiendo que no desfallezcan, que estudien puesto que, para el que estudia siempre hay un lugar preparado en este nuestro complicado y difícil mundo de la música. ¡La música es, un mundo y una vida completa, plena a rebosar de vivencias y sensaciones! M. Castelló.
Manoli Aracil