El distrito chino de Pinggu y el municipio valenciano de Llíria firmaron, el pasado 3 de septiembre, el acuerdo de hermanamiento, un compromiso de cooperación en asuntos económicos, culturales, educativos y medioambientales
La crisis económica fue especialmente dura con el municipio de Llíria. De hecho, fue uno de los pueblos con un porcentaje más alto de desempleo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Diez años después, Llíria puede presumir de haber saneado gran parte de las cicatrices económicas y sociales, de alojar empresas locales como Pinturas Montó o Tejas Borja y la llegada de Power Electronics, tres multinacionales valencianas y, como no, de ser la ciudad de la música.
La locura urbanística de aquellos años le dio la espalda a asuntos clave para el municipio valenciano. “Veníamos de una situación económica complicada, sin un tejido empresarial que permitiera ser motor dinamizador, donde las oportunidades turísticas, culturales y musicales no se habían cuidado”, recuerda Manuel Civera, alcalde de Llíria desde 2015.
En concreto, el polígono de Carrasses necesitaba modernizaciones para que las empresas no deslocalizaran sus inversiones. “Las compañías dudaban de que los suministros de agua y luz se pudieran mejorar y se planteaban irse. Nos propusimos resolverlo con absoluta convicción y hoy, en ese polígono, no solo sigue estando SRG Global, sino que ha invertido en un proceso de robotización y ha contratado a 1.200 trabajadores”, explica Civera. “Además -continúa-, hemos roto el mito de que la robotización destruye empleo”. Asimismo, el polígono de Rascanya, muchas décadas tarde, también recibirá inversiones para el soterramiento de las líneas eléctricas de media y alta tensión, así como sucederá con el polígono del Collaico.
Otra de las prioridades que señala el alcalde de Llíria es la cobertura de las necesidades de familias sin recursos. “Las ayudas sociales las hemos cuadruplicado, hemos triplicado los equipos y con la colaboración de la Conselleria hemos reducido un 20 % el desempleo en tres años. Sin embargo, no podemos bajar la guardia”. Adicionalmente, la presencia de dos multinacionales como SRG Global y Power Electronics han reavivado el empleo juvenil en una comarca que da trabajo a más de 300 ingenieros.
“Por otra parte, necesitamos invertir en gestores culturales, ya no vale el modelo que hemos seguido hasta ahora”, advierte Civera. “Para presupuestar la cultura tenemos un problema. El conservatorio municipal de Llíria recibe 800.000 euros al año; las dos sociedades más grandes, La Unión Musical y la Banda Primitiva, 140.000 euros cada una; y las otras más pequeñas reciben 20.000 euros. Más de un 7 % del presupuesto del Ayuntamiento se dedica a la música, lo que significa más de 1,5 millones al año”, detalla el alcalde socialista. En la misma línea, el municipio está comprometido con la promoción de su patrimonio.
Primeros contactos con China
“Llevamos unos años queriendo darle otra dimensión a la formación musical. Hoy en día, los alumnos que terminan el conservatorio superior no obtienen una titulación equiparable a la universitaria. Por ello, completan sus estudios con un máster en Europa”, denuncia Civera. Esa necesidad y predisposición de explorar nuevas posibilidades es lo que ha motivado al municipio chino de Pinggu a ponerse en contacto con la capital de Camp de Túria.
Pinggu es uno de los 16 distritos de Pekín y aspira a convertirse en 2020 en ciudad de la música en China. En palabras de Civera, el tejido empresarial fue una pieza clave en el comienzo de las relaciones institucionales con el gigante asiático. “Consolat de Mar es un distribuidor importante de instrumentos musicales aquí, en la comarca de Camp de Túria. Esta empresa lleva 25 años trabajando con China, especialmente con Pinggu”. A principios de 2017 los responsables de la localidad China descolgaron el teléfono y se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Llíria para visitar la ciudad, por la que mostraron un especial interés.
“Los recibimos en mayo e hicieron miles y miles de fotos: en las sociedades musicales, en el conservatorio, en las agrupaciones, en el Ayuntamiento, en el itinerario histórico… Solo querían ver, fotografíar y preguntar”, comenta el edil valenciano. “Por la tarde -prosigue-, cuando terminamos la reunión de conclusiones en el conservatorio, vimos su cara iluminada y nos propusieron hermanarnos. Ellos son 400.000 habitantes y nosotros somos 24.000, la diferencia es importante, pero valoramos las relaciones cordiales y la posibilidad de aprender y aceptamos la propuesta de elaborar ese documento en los meses sucesivos”.
Civera afirma que para hermanarse es necesario conjugar intereses económicos y sociales de sectores concretos que puedan estar interactuando.“Hermanarse es un proceso legal complicado, aunque hoy se ha desvirtuado un poco. Ahora lo que hacemos es llamar hermanamiento a estos acuerdos amplios que al final dependen de la voluntad del político que esté al mando. Por esa razón, yo quiero hacer los trámites lo más participativos posible para que todos los grupos políticos estén implicados y convencidos, dirigir un proceso con empresas y con agentes sociales. Y, de momento, ninguna nota disonante”, reconoce.
Tras este primer encuentro, el socialista valenciano decidió visitar Pinggu para conocer de cerca a sus futuros copartícipes. “En agosto de ese mismo año había un evento en Pinggu en el que participaban músicos de Llíria y, junto al maestró Micó, volé a China para conocer de cerca su cultura y sus intereses, en un viaje pagado totalmente de mi bolsillo”.
Un máster musical en Llíria
Cuando Manuel Civera llegó a Pinggu se encontró con que el municipio chino ya había movilizado con la embajada el recibimiento. “Con un afecto y una cordialidad increíble me hizo sentir como en casa. Me convertí en un pequeño embajador de España, los medios de comunicación estaban totalmente volcados”.
El principal propósito de este acuerdo, que se ratificó el pasado 3 de septiembre con el hermanamiento, consiste en la apertura de un centro universitario musical en Llíria donde sus alumnos puedan seguir másteres de Dirección o Composición. Desde el distrito de Pinggu mostraron la voluntad de que sus músicos pudieran seguir formándose en Llíria, en vez de acudir a las universidades musicales de EE. UU. como hasta el momento.
“Estamos intentando que la llegada del máster musical a Llíria sea de la mano de nuestras universidades públicas. De hecho, no es nuevo. Justo Nieto, como rector de UPV, ya intentó crear la facultad de Artes Escénicas. Es una asignatura pendiente que tienen las universidades de la Comunitat”, asegura el alcalde. Actualmente, los responsables del Ayuntamiento de Llíria están trabajando codo con codo con la Universitat de València (UV) para últimar el proyecto. “Desde la UV, el vicerrector, Jorge Hermosilla, está liderando las negociaciones. Este otoño nos reuniremos para asentar el panel de profesores, las asignaturas, los objetivos, la relación con las sociedades musicales, el papel de la Conselleria y decidiremos si ofrecemos dirección y/o composición”.
Todo apunta a que esta nueva oferta académica se hará efectiva y estudiantes de Pinggu elegirán Llíria como destino de estudios y abandonarán las escuelas de EE. UU. donde han llegado a gastarse entre 40.000 y 60.000 dólares. “Para ello, la Generalitat, que es quién tiene las competencia en Educación, negociará con el Estado para que los estudios musicales dejen de estar vinculados a la Dirección General de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial y pasen a depender de la Dirección General de Universidades”.
El alcalde reconoce que esta es “una gran oportunidad para los valencianos”, porque la Comunitat se puede convertir en un lugar de acogida de élite y de excelencia musical. “Tenemos un potencial enorme que no debemos desaprovechar”, insiste.
Sin embargo, Manuel Civera insiste en que el acuerdo entre Llíria y Pinggu traspasará el ámbito musical. “La actividad musical de nuestra ciudad es clave en el acuerdo, pero la colaboración entre Pinggu y Llíria profundizará en otros muchos sectores”. En concreto, ambas ciudades cooperarán en los ámbitos de la economía, el comercio, la educación, la música, los viajes y el ocio, el desarrollo urbano y la protección del medioambiente para promover la prosperidad y el desarrollo común.“Entre las próximas actividades programadas, podemos adelantar que entre enero y febrero del próximo año, Llíria acogerá a 40 educandos de secundaria de una escuela china. Su sueño es ensayar y tocar con nuestras bandas”, informa Civera.
El Ayuntamiento ve en este acuerdo una oportunidad para posicionar al municipio y convertirlo en un enclave turístico. “Llíria será una parada obligada para músicos internacionales que visiten nuestro país”.