Tras los más de 20 millones de euros en pérdidas que acumularon en 2020, el colectivo de las sociedades musicales cerró el año de forma optimista, habiendo sabido adaptarse a la nueva realidad de forma creativa, reinventándose para asegurar una cierta normalidad de conciertos y actividades de las bandas de música y los centros de enseñanza, que suman más de 600 en toda la Comunidad Valenciana.
Vicente Miquel, presidente de comarcal de la FSMCV Vall de Càrcer, explicaba que
«todo iba bien antes de las fiestas con las clases y la banda funcionando con normalidad. Ahora, con los casos multiplicándose, se complica».
En Alicante, cuenta José Ángel Espinós (presidente provincial de Alicante de la FSMCV) que la actividad de sociedades musicales como la Corporació Musical Primitiva d’Alcoi, Unió Musical d’Alcoi, Societat Musical Nova d’Alcoi, Agrupació Musical Serpis d’Alcoi, Unión Musical de Polop de la Marina, Agrupación Musical Santa Cecilia de Castalla, Ateneu Musical Sant Roc de Castalla o l’Agrupació Musical El Sogall de Castalla se han visto totalmente paralizadas ante la situación. De hecho, dice que «muchas de las escuelas de la provincia están realizando sus clases de forma 100% online».
«Las bandas no sobrevivirán a otro año como 2020. Son entidades sin ánimo de lucro y muchas de ellas son deficitarias»
, avisan desde la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana.
Instan a las administraciones públicas de todos los niveles a que acudan en ayuda del colectivo, que es Bien de Interés Cultural Inmaterial y está en proceso de ser declarado Manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial del Estado.