El Diario Montañés presentó este jueves a la comunidad el Anuario de Cantabria 2020, un trabajo periodístico gestado en el ocaso del año del covid y alumbrado en una gala frugal en la que este medio distinguió a toda la sociedad de la región con el premio Cántabro del Año. Por su coraje, por su entrega, por su vocación, por su constancia, por su esfuerzo y por su solidaridad, por su acción humanitaria, en resumidas cuentas, testimoniada en las casi 300 páginas en las que la publicación resume todo cuanto aconteció el año que sacudió nuestras vidas.
Los músicos de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico se encargaron de poner música al Anuario de El Diario Montañés 2020. Durante una hora fueron la banda sonora del año covid, y acompañaron los testimonios y las entregas de premios. Y como empezó, también se encargaron de cerrar la gala. Un momento que la directora, Paula Sumillera, aprovechó para «dar las gracias» por poder tocar.
Desde un principio la idea de la orquesta fue que la música tuviera «continuidad» a lo largo de la gala. Hacer de los instrumentos un «hilo conductor». Por eso, cuando les llegó la propuesta, eligieron de forma específica la obra a interpretar: ‘Las variaciones Enigma de Edward Elgar’. ¿En qué consiste? «En la primera parte de la obra se presenta un tema», explica Sumillera. Y luego, durante toda la pieza, «se hacen esas variaciones, se va modulando» de manera tal que la obra principal está siempre presente. A veces con más claridad y en otras «más escondido», añade. Ese es el hilo conductor: siempre el mismo tema.
Lo curioso y «bonito» del autor y que llamó la atención de la orquesta es que «cada una de las variaciones la hizo para representar a un buen amigo suyo», añade Sumillera. A través de la música representaba las «características» de esa persona cercana. Y eso intentaron ayer, «representar todas las personalidades» de las personas homenajeadas.