La Orquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante, dirigida por el maestro Francisco Maestre lo ha vuelto a conseguir. Dos años después de alzarse con el “primer premio en excelencia” del Concurso Mundial de Orquestas Jóvenes Summa Cum Laude de 2015, este 8 de julio de 2017, a las 9 de la mañana, han vuelto a plantarse en la Sala Dorada del Musikverein y han ejecutado con esa “pasión absoluta” que Maestre les pedía en cada uno de los ensayos las cuatro piezas obligatorias, seduciendo a un selecto jurado que este año tenía que elegir no entre 14 participantes, como en la edición de 2015, sino entre 38 orquestas que representaban a lo más granado de los jóvenes intérpretes internacionales.
La tarde del día 7 llegaban a Viena los autobuses engalanados con la iconografía de la orquesta alicantina, con las cerca de 100 personas, entre músicos, asistentes y acompañantes, que viajaban desde Holanda, donde habían compartido 5 días de convivencia con los músicos de la joven orquesta de Amterfort, que les habían acompañado en este periplo cruzando el corazón de Europa. Amigos ya, compañeros de viaje y, al día siguiente, rivales. Un breve descanso, un único ensayo previo y a la cama, ya que a las cinco de la mañana tenían que estar en pie, para a las 9, ya acicalados y bien desayunados, llegar a tiempo a la Musikvereinsplatz, donde se encuentra el imponente edificio del Club de Música de Viena, en cuya Große Saal o Goldener Saal, Sala Grande o Sala Dorada, cada primero de año se produce el que tal vez es el acontecimiento relacionado con la música clásica de mayor impacto global, Das Neujahrskonzert, el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena.
La Orquesta, que desde hace 8 años dirige el propio Francisco Maestre, fundador y alma mater tanto del proyecto OJPA, como del Festival Internacional de Jóvenes Orquestas de Alicante, que este año se celebrará en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), entre los días 30 de julio y 6 de agosto, se renueva cada año con las incorporaciones de nuevos talentos, provenientes de todas las comarcas alicantinas, incluso de algunas limítrofes, como Murcia, València o Albacete. A pesar de esta continua mutación, cada año que pasa cosecha éxitos más relevantes y consolida un proyecto que tiene como finalidad principal la formación y el encauzamiento de la carrera profesional de los jóvenes ejecutantes.
Y es que aunque la ejecución técnica es muy importante, Maestre ha intentado inculcar en sus discípulos la pasión por la música, pasión que debe ser transmitida en cada actuación,
en cada concierto. “Que os equivoquéis en una nota, en una entrada a destiempo, os lo puedo perdonar, no tiene importancia. Lo que sí la tiene es la falta de pasión, que se os vea encorsetados, rígidos en la silla”, les aconsejaba en uno de los últimos ensayos en la sala anexa del ADDA, poco antes de viajar a Holanda, para a continuación acercarse a uno de los violines, tomarlo por los hombros y dirigir su balanceo mientras el arco rasgaba las cuatro cuerdas bien enceradas y su mano izquierda viajaba por el traste.
Cuatro eran las piezas obligatorias para todas las orquestas: una pieza de Beethoven, una pieza contemporánea, una pieza de la tradición musical del país de origen de los músicos y una a elección de la propia orquesta. La pieza de elección fueron fragmentos de la ópera Sansón y Dalila, del músico francés del siglo XIX Camille Saint-Saëns, mientras que el “Beethoven obligatorio” era la Obertura Coriolano, op. 62. Pero el secreto de la pasión estaba en las dos sorprendentes piezas elegidas como representación de la música española y del acervo contemporáneo.
En la Revista Plaza del mes de julio, que el martes 11 llegará a los kioscos, podrán encontrar un extenso reportaje sobre esta Orquesta de Jóvenes intérpretes de la Provincia de Alicante (OJPA), el Festival Internacional de Jóvenes Orquestas (FIJO) y su creador y director Fran Maestre.