La banda municipal de Palencia se mantenía con becarios de 40 y 60 años hasta que comenzaron a demandar

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Entre ellos, llegaban incluso a bromear. «Al final te jubilas de becario». Luis Miguel, percusionista de 43 años, es uno de los profesionales que durante años ha estado encadenando becas de prácticas y formación en la Banda Municipal de Música de Palencia. «Pero otro compañero tiene más de 60», afirma a este medio. Los dos y un tercer músico, asesorados por el sindicato CSIF, denunciaron al Ayuntamiento de Palencia ante la justicia porque entienden que su trabajo no ha sido el de becarios. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha reconocido en el caso de Luis Miguel que la beca «encubría en realidad una relación laboral».

El percusionista explica que al principio aceptó el puesto de becario «porque era una forma de entrar». Le habían hablado de la posibilidad de acceder de ese modo y, más tarde, alcanzar un empleo estable. A su primera beca, en 2008 y con un ingreso mensual de 160 euros, le siguieron muchas más: todos los años –excepto en 2010– hasta diciembre de 2016. Es una situación que viene de lejos, asegura, ya que su compañero de 60 años lleva «unos 18 años así». «Hubo un momento que dijimos ‘hasta aquí’. Van pasando los años, te vas encontrando mentiras y te vas cansando».

Ese ‘hasta aquí’ fue 2016. Les prometieron que llegaría por fin un puesto a través de un plan de empleo, explica Luis Miguel, «pero un día preguntamos y el concejal de Hacienda nos dijo que no, que no iba a ser así». Entonces, tres músicos del grupo de becarios denunciaron al Consistorio (gobernado por el PP desde 2011, tras dirigirlo el PSOE de 1999 a esa fecha). «A partir de esa demanda, el Ayuntamiento modifica las bases con un criterio de edad que les perjudica. Los tres señores se quedaron sin poder acceder a las becas», explica Valentín Martínez Arenillas, responsable del sector de Administración Local de CSIF Palencia. El criterio de edad para los solicitantes marca un máximo de 28 años.

Nuevo criterio de edad para las becas

Este requisito, que los excluye de facto de ostentar los puestos que encadenaban desde hace años, es para el sindicato y los denunciantes «una represalia» a sus denuncias. Por ello, han exigido a la justicia que considere sus ‘despidos’ (la imposibilidad de presentarse más) nulos y los readmita como trabajadores laborales. «Que se nos considere los que somos», insiste Luis Miguel.

Por el momento, el reconocimiento del TSJ de Castilla y León de la relación laboral en este caso devolvió la denuncia de Luis Miguel a los juzgados de lo Social de Palencia, tras una primera sentencia que daba la razón a la corporación local. Este diciembre, el juzgado número 1 ha reconocido finalmente el despido como «improcedente», dando la opción al Ayuntamiento de readmitir al trabajador o de pagar una indemnización. El Consistorio se ha acogido a esta opción, con el pago de 2.393,93 euros brutos.

El abogado de CSIF que lleva el caso del percusionista –así como el de los otros dos denunciantes– está preparando un recurso, porque mantiene su versión de la nulidad del despido (que exigiría la readmisión) y porque, en caso de que fuera improcedente y el Ayuntamiento se acogiera a la indemnización, «entendemos que esta debería ser en función del sueldo de un trabajador laboral, no del suyo de becario, que es lo que sucede ahora con la sentencia del juzgado de lo Social», explica el sindicalista Valentín Martínez.

El Ayuntamiento tiene una versión diferente de lo sucedido. Un portavoz del Consistorio justifica que «esta situación es algo histórico» y que «nuestro trabajo ha sido el de intentar arreglarla». En esta labor encuadran el requisito de edad para las becas impuesto a partir de 2017, dentro de unas nuevas bases diseñadas antes de «este litigio». «En ellas se reduce el número (de becarios), se establece un período máximo de 2 años sin posibilidad de prórroga y se establece un límite de edad para poder acceder a las becas», explica. El Ayuntamiento ha creado este último año también «diferentes bolsas de empleo para cubrir puestos que antes estaban ocupados por becarios».

Había una relación laboral encubierta

Sobre la relación laboral encubierta señalada por la justicia, el Gobierno municipal de Palencia echa la culpa a sus predecesores (recordemos que el PP está en el poder desde 2011). Sin embargo, varios de los años que ha valorado el TSJ de Castilla y León en su sentencia se corresponden a sus años de mandato. En ellos, observa la «falta de finalidad formativa» de las prácticas pese a que «la adquisición de la misma es la finalidad fundamental de las becas». El tribunal también aprecia «las notas típicas de la laboralidad» en la relación del músico y la banda, «pues hay ajenidad y dependencia», aunque no realizaran todas las tareas que desempeña el personal laboral y funcionario de la compañía musical.

Varias de las convocatorias de prácticas a las que se acogieron los denunciantes en los últimos años estaban dirigidas «a componentes de la Agrupación Juvenil de la Academia de Música ‘Claudio Prieto'» (aunque podían participar antiguos miembros). En la última convocatoria en la que fueron elegidos, la de 2016, el Consistorio fundamentaba las prácticas así: «El Ayuntamiento de Palencia, consciente de la importancia de la formación de jóvenes profesionales como pilar fundamental para el desarrollo en el ámbito musical, ha aprobado un programa de becas destinadas a la formación, la especialización, el perfeccionamiento en el ámbito musical para la realización de prácticas como alumnos becados».

A ellas accedió Luis Miguel con sus 40 años y su compañero de 60. El percusionista asegura que acumula una experiencia de más de 20 años: «He sido profesor en la escuela municipal de música, abrí hace cuatro años una escuela en Palencia. Además, toco en orquestas de baile, hago grabaciones con grupos… Voy tirando». Para ganarse la vida, tenía que compaginar la beca (que ascendió a 340 euros en 2014, tras sus quejas) con otros trabajos. «A veces terminaba con una orquesta a las seis de la mañana y me tenía que ir en unas horas a ensayar con la banda», cuenta.

Luis Miguel explica que mucha gente no se podía creer que a su edad estuviera trabajando como becario. «En mi casa me decían ‘déjalo, no merece la pena que duermas tres horas, que te dejes tu salud…’ Pero yo decía ‘me han prometido esto, hay uno que se va a jubilar…’. No sé, tal vez tengo culpa de haberme fiado demasiado, pero yo no he hecho nada malo, tengo la conciencia tranquila». Lo que cree que es injustificable es que esto lo haga una institución pública: «De una empresa privada, te lo puedes esperar, pero de un Ayuntamiento… Esto es fraude, es como si la Policía se pone a saltarse semáforos en rojo».

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