JORDI SELLES KUBALA. CALÍGRAFO MUSICAL

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La R.A.E. define la caligrafía como “el arte donde la expresión abstracta puede adquirir más importancia que la legibilidad de las letras.» La caligrafía clásica difiere de la tipografía y de la escritura manual no clásica, aunque un calígrafo puede ser capaz de crear todas ellas. Esto es lo que hoy nos concierne, pues sin duda, la tecnología ha supuesto un avance en todos los aspectos, pero también ha dado lugar a la desaparición de actividades que solo la mano del hombre era capaz de hacer. En este caso nos referimos a la caligrafía musical.
Muchos han sido los copistas que repasaban aquellas partituras desgastadas con el tiempo, aquellas que necesitaban duplicarse cuando el número de músicos era mayor, extractos de los guiones para que todas las voces pudieran ser interpretadas, transcripciones de orquesta para banda, etc, etc.…
Aquellas personas fueron casi “rescatadores de partituras” , pues si no hubiera sido por su interés e implicación muchas de aquellas no estarían en nuestras manos, bien por desidia o bien por el inevitable paso del tiempo.
No ha sido fácil encontrar a uno de aquellos copistas que realizaban aquella labor, pues no se consideraba profesión como tal, la mayoría eran músicos aficionados que repasaban las partituras por satisfacción propia, su remuneración era mínima, incluso insignificante o inexistente, pura afición. Para copiar aquellas partituras y que pudiera ser legibles (algunas no lo eran) había que tener una gran dote artística para dibujar.
La mayoría de estos músicos han ido desapareciendo con el tiempo, inevitablemente por edad, sin embargo, Investigando en los archivos musicales de las sociedades, entre aquellos pasodobles desgastados de tanta calle, de tanto uso, aparecía el nombre de J. Selles , al cual hemos localizado en la Ciudad de Alcoy, su ciudad natal. Un joven muchacho que por aquel entonces ,en sus ratos libres copiaba aquellas partituras para que quedaran perfectas antes de ser guardadas o archivadas.


Para ser músico en la banda nos obligaban a copiar
Comencé porque aquí en mi pueblo, a los chiquillos, para salir en las fiestas nos obligaban a copiar el repertorio. Yo era un niño y copiaba muy mal, aquellos papeles eran muy viejos, copia sobre copia, llenos de manchas…no me gustaban porque no estaban demasiado limpios y tocaba incómodo, por eso los copiaba, para que estuvieran en perfecto estado y al tamaño que a mí me gustaba. Así poco a poco fui perfeccionando la escritura y esos fueron mis comienzos.
Es cierto que tuve una época muy prolífera, ya que me quedé sin trabajo y tenía mucho tiempo libre. Pertenezco a la “Unión Musical de Alcoy” , habían muchos papeles envejecidos, con aclaraciones escritas de cada músico por los que pasaba, demasiado usados, con tachones, borrones, etc, etc.
Recuerdo que lo primero que copié fue una marcha mora, lo presenté allí en la Unión Musical y me dijeron “Ché ¡!! esto está muy bien hecho. Podrías seguir copiando!!” y asi, poco a poco hice casi medio archivo, me gustaba, tenía tiempo y disfruté mucho. No cobraba nada, lo hacía por satisfacción personal. Con el paso del tiempo entró en la sociedad como presidente José Almería, (padre del que fue presidente de la F.S.M.C.V). Él reconoció mi trabajo y me dijo que por la gran labor que estaba haciendo no me podían pagar demasiado pero que me iban a pagar un precio módico, una ayuda.

Con el tiempo, como los pasodobles pasaban de mano en mano, las otras bandas de Alcoy me pedían si les podía hacer copias. Llegó un momento en que quería ser tan perfecto que cuando me equivocaba no me gustaba rascar ni tachar con típex y por fallos insignificantes rompía el papel y lo hacía de nuevo. Me gustaba que mis trabajos estuvieran totalmente limpios.

Es un trabajo que no tiene precio.
Este trabajo por mucho que se pague no tiene precio, es mucho tiempo el que se le dedica. Se trata de una escritura bonita, una caligrafía a la que se le podría llamar “arte”. Un detalle personal mío que se puede comprobar en mis trabajos es que a partir de la tercera línea, las plicas cambian de lugar, pero yo siempre las pongo a la derecha .

En Alcoy habían muchos copistas, Juan Torregrosa era uno de ellos. Era perfecto en su caligrafía. Fue director de la banda de mi pueblo, un gran profesional, militar de la Banda del Regimiento, después lo trasladaron a Valencia. Era inigualable, hacía las copias del archivo de la Banda Municipal de Valencia, tenía una mano increíble para copiar, rayaba la perfección, siempre lo he intentado imitar. Otro era Fernando de Mora, director de la «Banda Primitiva» de Alcoy.
Para realizar una buena copia, mi técnica era poner primero las notas y seguidamente las alteraciones. Por último los matices, que al ir dibujándolos se volvía a repasar la copia, aún así era un trabajo muy delicado y siempre se escapaba algo
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Los copistas que he nombrado antes, los he visto escribir con plumil, con tinta china. Para hacer una nota, apretaban un poquito la pluma , dejaban caer la gotita de tinta, la soltaban y continuaban escribiendo con una facilidad enorme. Es cierto que eran muy mayores y era una técnica complicada, pero era admirable, digno de ver, quedaba todo calcado, igualito… había que tener mucha práctica. Yo ya utilicé el rotrim y solo rellenaba. En una hora u hora y media conseguía hacer un papel. Después de cenar, antes de irme a dormir hacía alguno y me acostaba.

Los títulos los escribía mi mujer. Tenía una caligrafía impresionante

Una curiosidad que quiero contar es que mi mujer era la que me escribía los títulos, tenía una caligrafía impresionante y era ella quien me los dibujaba .Formábamos un buen equipo.
Llegué a tocar en la Orquesta Sinfónica de Alcoy el clarinete bajo y tengo que decir que era un simple aficionado, por ello nunca me atreví a hacer transcripciones, eso era más bien trabajo de directores y compositores, un campo más profesional en el que ya aparecía el transporte y ello ya se complicaba mucho, lo sabía hacer, pero era demasiado tiempo el que había que dedicar. Sí que transportaba mis propios papeles, me los llevaba a casa y poco a poco me los hacía yo. Yo sólo era un músico de banda, eso tenía mucho más mérito (ja, ja, ja…) Tenía muy buen sonido de clarinete, pero llegué hasta 4º del Progreso Musical, a lo que en la escuela me enseñaron. Juan Torregrosa tocaba el requinto, fue mi profesor, me enseñó a tocar el clarinete y recuerdo que siempre me decía : “ A papel sabido no hay músico malo”.


El material se respetaba mucho más

La gente joven no sabe apreciar este trabajo, antes el material se respetaba mucho más. Es inevitable que las partituras salgan a la calle, a ir de fiesta, de marcha… ves papeles de manchas de coca cola, de café…. Hay músicos cuidadosos, pero otros piensan que todo es fiesta. Los músicos no vamos de fiesta, somos contratados y vamos a trabajar, hemos de cuidar nuestro material.
Para mí la música ha sido toda mi vida, el dejar a un lado copiar fue por dedicarme a mi mujer. Tenía una enfermedad progresiva y degenerativa. Me entregué totalmente a ella, a su cuidado. Cuando un músico no puede disfrutar la música de corazón, la música no surge y este fue el motivo. Al fallecer mi mujer quise regresar pero la gente joven toca muchísimo, estudian muchísimo y yo al ponerme a su lado comprendo que actualmente tienen más medios, son otros tiempos. Cuando empecé tenía un clarinete muy viejo, casi no habían cañas, las zapatillas caían, tenía que meter la boquilla en agua hirviendo para desinfectarla… en fin no había dinero, cosa que actualmente no sucede. Incluso en el tema que nos ocupa, ya no hacen falta ni partituras con las nuevas tecnologías. Sin embargo, algo que se ha perdido es el saber leer de forma manuscrita, muchos chavales se enfrentan a partituras hechas a mano y les cuesta leerlas. Creo que esto es perder algo que incluso en las oposiciones se pedía como prueba para obtener más puntuación, el saber copiar.
Si hay algo de lo que me siento orgulloso es el haber sido el primer músico de mi familia. Cuando mi padre me dijo que ya no me podía hacer el traje de moro para salir en fiestas fue cuando pensé en que la forma de no perder era hacerme músico para disfrutar.

También quiero nombrar a Rafael Mullor Grau, famoso compositor de marchas moras y cristianas, pues fui yo quien lo introduje en el solfeo y te sientes orgulloso cuando alguien conocido llega tan lejos.

Mi época de copista fue de gran disfrute y rendimiento. Hay muchísimas obras copiadas por mí y esa ha sido mi contribución.
Manoli Aracil

( desde la web de Radiobanda agradecemos a Pepe Almería, percusionista de Sociedad Musical» La Nova» de Alcoy, su colaboración para ponernos en contacto con Jorge Selles)



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