«Mis inicios en la música fueron gracias a mi padre, clarinetista amateur de la banda de mi pueblo, Tarazona de la Mancha. Recuerdo verlo irse a tocar con su clarinete a la banda y pensar “yo también quiero hacer lo mismo”. Él se convirtió en mi ejemplo a seguir. Por ello, comencé con 8 años en la escuela de música de mi pueblo, y continué mis estudios profesionales de clarinete en el «Real Conservatorio Profesional de Música y Danza» de Albacete. Más tarde, terminé mis estudios superiores de este mismo instrumento, además de dirección y composición, en el Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de Valencia. Paralelamente a esto último, terminé mis estudios de Maestro en Educación Musical en la Facultad de Educación de Albacete.
Durante estos años de formación, han sido varios los profesores que han marcado mi carrera musical. En el ámbito del clarinete, destaco a Juan Ángel Picazo y a Jacinto Javier Gallego en la escuela de música, a Juan Carlos Vila en el grado profesional de Albacete y a Emilio Ferrando en el Conservatorio Superior de Valencia. Y no me puedo olvidar de Don Adolfo Ramírez Iborra en la especialidad de dirección de orquesta, de Nadia Stoyanova en dirección de coro y de Andrés Valero-Castells en la especialidad de composición.
Como recuerdos, cabría destacar el primer día que estrené una obra dedicada a mi abuela Isabel, en el acto de graduación del Grado Profesional de Clarinete. Se trata de una obra para clarinete solo titulada “Comienzo, vivencias y despedida”, que intenta plasmar mi paso por el Conservatorio mencionado de Albacete. ¿Y por qué lo destaco? Pues porque no tenía ni idea de composición, por lo que para mí fue un gran reto. Otra anécdota destacable sería la vivida y organizada por la FSMCV el 26 de mayo de 2018, día en el que batí un Récord Guinness en Mestalla, dirigiendo el mayor ensemble de clarinetes con una obra propia titulada “Querencias”, con un total de 3489 clarinetes. Ya en mi faceta como compositor, nunca olvidaré el estreno de mi primera sinfonía, dedicada a mi comunidad autónoma, Castilla-La Mancha. Esta sinfonía lleva el título de Sinfonía No. 1 “Manchega” y fue estrenada el 22 de noviembre de 2020 por la Banda Sinfónica Municipal de Albacete, bajo la batuta del maestro Miguel Vidagany. Y por último, tampoco puedo olvidar el estreno de “Las 7 palabras”, una performace musical para 7 campanarios, coro y narrador, interpretada en la Plaza Mayor de Tarazona de la Mancha el día de Viernes Santo de 2022.
Actualmente, a nivel de dirección, me encuentro dirigiendo la Banda Sinfónica «Unión Musical de Benetússer,» el Cor «Uniò Musical L’Eliana», la 2Coral Tarazonera», la Banda Universitaria de Albacete y el coro de la Facultad de Educación de Albacete. A nivel docente, desde el año pasado soy profesor asociado de la UCLM impartiendo clases en la Facultad de Educación de Albacete y también soy profesor de clarinete en la Escuela Municipal de música de Tarazona de la Mancha. En los pocos ratos que me quedan libres, intento avanzar en mi tesis doctoral, en la que llevo inmerso 3 años.
A nivel de composición, estoy realizando varios encargos, como por ejemplo un pasodoble que dirigiré en el Certamen de bandas de Diputación de Valencia en el futuro. También estoy pendiente de la publicación de un libro al que le he puesto banda sonora y cuya presentación será el próximo 28 de enero.
Con respecto al panorama actual en las bandas de música, voy a hablar primero como compositor. Creo que a pesar del incremento del nivel de las bandas, tanto amateurs como profesionales, todavía se siguen encargando e interpretando pocas obras originales. Considero que se están interpretando adaptaciones o instrumentaciones de obras no originales para este tipo de agrupaciones, como obras originales para orquesta o versiones de bandas sonoras, entre otras. Es por ello que creo que debe apostarse más por el encargo de obras originales para bandas. Bajo mi punto de vista, el público actual ha evolucionado y “han adaptado su oído” a las nuevas músicas escritas por compositores actuales.
Como director, opino que una banda no solamente demuestra su nivel sobre los escenarios en conciertos, certámenes, etc., sino que también es la principal protagonista en actos como fiestas patronales, procesiones, pasacalles… En definitiva, una banda va mucho más allá. De esto deriva la importancia del factor social, el cual considero un pilar fundamental para la sostenibilidad de una banda, ya que si hay “buen rollo”, el resultado sonoro será directamente proporcional.
Para finalizar, me gustaría animar a toda aquella persona que de alguna manera ame la música igual que yo a que intente luchar por ponerla en el lugar donde le corresponde. «
Manoli Aracil