Entrevista a Vicent Pelechano, director de la Banda Municipal de Música de Santander y Director de la Orquesta residente de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
¿Cómo fueron tus comienzos musicales. Cómo te adentraste en el mundo de la música?
«Mi primer contacto con la música fue a temprana edad y obviamente en la sociedad musical de mi pueblo, Alfarp (Valencia). Hay que tener en cuenta que la sociedad valenciana vive inmersa en un ampuloso ambiente de tradición musical, el cual se ha convertido en un fenómeno educacional, cultural y social que brinda la oportunidad a los niños de poder tener contacto con la música desde edades muy tempranas.«
Director de orquesta ¿Por qué? ¿Que te cautivó?
« La dirección de orquesta, el encuentro de un camino… La cuestión es ¿qué no me cautivó de la dirección de orquesta? Recuerdo que durante mi niñez, cuando escuchaba alguna sinfonía, indistintamente del compositor que fuera, me ponía a dirigir delante de un
espejo, dando rienda suelta a mis sensaciones, emociones, primeras percepciones, ya que en aquellos momentos me daba cuenta que cuando realizaba ese tipo de “juego” y desarrollaba algún gesto que coincidía con la música, sentía como una energía especial,
una inyección de emoción, un énfasis sobretodo y obviamente en aquellos pasajes donde
la orquesta sonaba con potencia.
Luego y a medida que desarrollas los estudios de música, observas cómo esa sensación que tenías de pequeño no solo se mantiene, sino que empiezas a comprenderla, a entenderla mejor y a disfrutarla de forma más intensa. Con el salto a nivel profesional y la
adquisición de mayor experiencia, entiendes de forma más amplia, completa y profunda que ese “juego” de dirigir delante del espejo no solo era un juego, sino más bien el encuentro de un camino.»
Después de leer diversas entrevistas que has concedido sobre el tema, me gustaría preguntarte si crees que la música influye en las personas.
» ¡Sin ningún tipo de duda! Detrás de cada sonido, hay una vibración que nos transporta a un estado emocional concreto. Cualquier sinfonía, del compositor y periodo de la historia que elijamos, está construida sobre un universo de emociones, sensaciones,
estados mentales que afectan e influyen en los estadios emocionales del oyente.
Las notas musicales sólo son la superficie de un mundo mucho más amplio y profundo. En este sentido, opino que una de las principales funciones del director es la de aflorar a la superficie el universo de emociones que el compositor ha plasmado en su partitura.»
Y la música ¿como herramienta social?
«¡Absolutamente y ejemplos tenemos a lo largo de toda la historia! Por citar alguno tenemos que en la Edad Media, había un abismo funcional entre la música religiosa y la seglar, o en el periodo del Clasicismo, la música que escuchaba la nobleza no era de acceso para el pueblo, otra muestra la tenemos en cómo el auge de la burguesía de finales del siglo XVIII apertura poco a poco la música culta al pueblo. Remitiéndonos a la actualidad, solo hay que ver como las grandes productoras musicales moldean el estrato social en virtud de unos intereses determinados.
He visto que has desarrollado diversos proyectos en esta vertiente…
«Así es, entre ellos podemos destacar el proyecto Música con Accesibilidad, el cual está conformado por una serie de ensayos abiertos reservados, sobretodo, a determinados colectivos sociales que padecen algún tipo de desorden o alteración emocional, psíquica, mental o que sufren problemas de diversa índole social y que les imposibilita, de forma general, la asistencia a un concierto.»
En este momento ¿estás desarrollando algún otro trabajo de estas características?
«Sí, un vasto proyecto conjuntamente con el area de psiquiatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), del cual no puedo explicarte con más detalle hasta la rueda de prensa de presentación del mismo, pero que versa sobre el potencial de la música y los sonidos en un entorno inmersivo»
¿Qué consejo le darías a los más jóvenes?
«Que disfruten, sientan y amen la actividad que desarrollen en su quehacer cotidiano y si es con música… ¡mucho mejor!»