«Empecé en el mundo de la música cuando tenía 6 años, en la Escuela de la Banda de Piles, aunque desde que tengo recuerdos las música ha estado en mi casa. Mi padre era el presidente de la Banda y mi tío, Agustí Martínez, el director. Era inevitable estar rodeado de miembros de la Directiva, profesores de la escuela, instrumentos… En esa época empecé a entender que el mundo de las bandas no es solo ir a ensayar y realizar conciertos. Hay un grandísimo entramado de personas realizando diferentes trabajos para que todo funcione. Creo que esto me ha marcado toda la vida y ha sido una gran enseñanza el saber lo que cuesta llevar a cabo un concierto o hacer avanzar una escuela de música.
Comencé aprendiendo violín y percusión. Ingresé en la Banda, en la Orquesta y también cantaba en el Coro y todo esto me permitía estar relacionado con todo el mundo musical. En todas estas agrupaciones hice grandes amigos. De Piles pasé a vivir en Carcaixent donde estudié en el Conservatorio y a tocar en la Lira Carcaixentina. De allí pasaría a la Universidad de Valencia y ya me trasladé a Ibiza, donde resido desde 1999. Allí he formado parte de la Banda de Ibiza y Santa Eulalia, de la Orquesta sinfónica y soy el director de la Banda de Sant Antoni de Portmany.»
Inimaginable el haber conseguido tantos premios
«De las anécdotas que destacaría sería las participaciones en los Certámenes de Bandas con la Lira Carcaixentina. El poder tocar y estar codo con codo con grandísimos profesionales y todo el mundo trabajando al máximo nivel, es una experiencia irrepetible. A parte del resultado final que se consigue en este tipo de competiciones. Otra de mis últimas anécdotas que destacaría es el haber llegado a la cifra de 50 premios en concursos de composición, algo inimaginable para mi hace unos pocos años.»
Sin esfuerzo ni compromiso no podemos conseguir calidad
«El problema principal que veo en las bandas de música es uno que creo que afecta a toda la sociedad en general y es la falta de esfuerzo y compromiso en el que vivimos. Sin ellos, creo que no es posible conseguir resultados de calidad. Teniendo en cuenta que la mayor parte de las banda de música son amateurs y por tanto se basan en el esfuerzo, constancia y compromiso de los músicos y directivas, sin estos, nos podemos encontrar con pocos ensayos y con pocos músicos, por lo que el resultado final no será el deseado. Recuerdo uno de los consejos que siempre escuchaba a mi padre cuando era presidente de la banda que decía “un músico cuesta mucho de hacer pero muy poco de deshacer”. Hoy en día, la falta de voluntad y esfuerzo, hace que se pierdan muchos de estos músicos muy fácilmente.»
Hay que luchar contracorriente
«A los más jóvenes aconsejarles que la música vale la pena. Que se necesita de muchas cosas, de las que ya he hablado, que no “están de moda” en la actualidad y que muchas veces hay que remar contracorriente, pero todo ese esfuerzo se ve recompensado en satisfacciones en lo personal, emocional y social. Los beneficios que produce la música son ya por todos conocidos, pero creo que en la sociedad en la que nos estamos convirtiendo, tan individualista, tan centrada en mirar una pantalla, el beneficio de realizar música junto a otra gente, interactuar, formar parte de un gran grupo y conseguir unos objetivos comunes, nos puede hacer mejorar como personas y como sociedad.»
Manoli Aracil