HUI PARLEM AMB… DAVID PAYÁ GEA

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«Empecé estudiando música en mi pueblo, Castalla, cuando tenía 9 años con la percusión en la Escuela de Música “el Sogall”. Más tarde, estudié en la escuela de música de la “Agrupación Musical St. Cecília”, cambiando la percusión por la trompeta.
Durante mis estudios en el Conservatorio Profesional de Alicante empezó a interesarme el mundo de la dirección. Cursé estudios de dirección, me formé con diferentes maestros para encontrar mi estilo. Actualmente llevo 14 años dirigiendo.
He sido director titular de la Unió Musical de Busot, Ateneu Musical de Cocentaina, Agrupació Musical d’Ontinyent.
También director invitado con «Ateneu Musical Vila Joiosa», “Societat Unió Musical La Canyada”, “Societat Musical Lira Relleuense ”, “Orquesta de la Marina Baixa”, «Banda Santa Cecilia Campo de Mirra», “Orquesta de Cámara y Banda Sinfónica de Arucas” (Gran Canaria), “Banda Sinfónica de Ogíjares” (Granada), “Banda de Ingenio”. (Gran Canaria)»


La música como deporte de élite.
«La música y el deporte son los dos únicos fenómenos sociales que en la actualidad pueden llegar a congregar más de 100.000 personas. Son pura emoción. Comparten disciplina y hábito de entrenamiento; crean, transmiten, transforman, reviven, educan… en definitiva nos hacen mejores personas. Tristemente, los estudios musicales se infravaloran cada vez más; se ignora el esfuerzo, la persistencia, la organización, la práctica y la superación.
El músico forja unas características muy marcadas: es prematuro, pasa miles de horas en soledad, lidia con más rechazos que cualquier persona en toda su vida, se expone a un público, convive con críticas, experimenta fuertes emociones y soporta la presión por tener «status social».
Pero ser músico no consiste solo en tocar. Hay que estar en forma, trabajamos con nuestro cuerpo igual que cualquier deportista de élite. Tanto la música como el deporte requieren una preparación física para prevenir lesiones, fortalecer las partes de nuestro cuerpo que más utilizamos. Por eso, un músico no para nunca de tocar su instrumento, de mejorar su destreza, de cuidar su cuerpo para la exigencia que cualquier actividad musical nos exige físicamente.
Ser músico también es indagar en cultura: leer, ir a conciertos, curiosear y estar informado de la actividad cultural que más te pueda interesar para forjar un criterio musical. Un buen músico, está en constante transformación para poderse adaptar rápidamente a cualquier situación que se le plantee.»


«Estamos descuidando el espacio ensayo».
«La sociedad actual nos está haciendo la vida más fácil, rápida y cómoda. Creemos que todo tiene efecto inmediato, poco tiempo que dedicar; pero, musicalmente, deportivamente y educativamente no es así, no somos comida rápida.
Estamos descuidando el espacio ensayo, es el lugar donde más tiempo pasamos a lo largo del año y parece que sea el menos interesante, incluso aburrido. Las nuevas generaciones deben entender que el proceso musical es lento, que necesita horas de práctica para alcanzar buen nivel; no lo pueden conseguir con un “clic” y que, si acceden a ser músicos, forman parte de un grupo que los necesita. Precisamente, ensayando adquirimos valores necesarios para la música como el trabajo en equipo, el esfuerzo, la perseverancia y la escucha.
Debemos respetar el ensayo para simular bien el “escenario musical”, sin tecnología, sin distracciones. Cuando tocamos, hay que crear silencio (lujo caro hoy en día); también, entender que somos iguales e importantes; porque todas las voces son necesarias.
Elegimos ser músicos de forma altruista cuando se despierta un sentimiento en nuestro interior y nos damos cuenta de que queremos hacer música lo mejor que podemos. Es impresionante la dedicación y disciplina que invertimos (edad temprana, sacrificio de nuestro tiempo libre, trabajo con mucha autocrítica) pues el 95% es pura rutina, pero cuando vives ese 5% restante sabes que no te has equivocado en tu elección


Esforzarse siempre, demostrar pasión por lo que hagas es mi consejo para los más jóvenes.
«Me gusta la gente extraordinaria que siempre busca mejorar todo lo que hace; que se auto motiva, que son personas de acción, que se responsabilizan y son honestas.
Cuando preparamos un concierto, son muchas horas de ensayos, esfuerzo colectivo, planificación, reuniones, etc. El siguiente proyecto empieza de cero y es que; las mejores cosas como escribir, hablar bien, tocar un instrumento, dominar un deporte, leer, cocinar, etc., no se hacen de un día para otro. Esa voluntad de a largo plazo nos ayudará siempre en la vida: porque sabremos perseverar, insistir, arriesgar, solucionar, entrenar, repetir y repetir hasta conseguirlo.
Cuando estudias música o practicas deporte entiendes el fracaso como parte del aprendizaje que te lleva al éxito. Adquieres un alto grado de disciplina, te conviertes en una persona empática, forjando una autoestima flexible para trabajar en equipo y tener iniciativa. Si haciendo nuestra mejor versión no llegamos al nivel, tenemos que seguir intentándolo, y eso nos convierte en gente extraordinaria. Nuestro talento se revela cuando las condiciones son difíciles. «


Vale la pena la experiencia de vivir la Banda al máximo
«Hay que saber encontrar dentro de la banda tu sitio, sentirte valorado; estar dispuesto a invertir tiempo para defender la exigencia del repertorio, hacer aportaciones constructivas y tener paciencia en recibir oportunidades. La experiencia me dice que vale la pena vivir la Banda al máximo, disfrutando cada concierto, cada ensayo, cada procesión, cada entrada, cada convivencia, etc., porque son momentos que nunca se repiten de la misma manera ni con la misma gente.
A las directivas de las bandas de música les diría que den oportunidades a los más jóvenes para que puedan poner en valor sus inquietudes. Siempre nos enorgullecemos por el talento musical que nuestra tierra da pero a veces, no dejamos que nuestros músicos puedan empezar a demostrar su valía en su propia banda, porque todavía hay una corriente que sigue pensando que lo de fuera va a ser mejor. «

Manoli Aracil

1 COMENTARIO

  1. Gran director y mejor persona, he tenido la suerte de conocerlo y trabajar un poco con él en el Ateneo Musical de la Vila Joiosa. Motiva, une al grupo y no para de transmitir energía positiva y conocimiento.
    Gracias por el tiempo que nos ha dedicado, y el que nos puede seguir enseñando. Ánimo, la cultura necesita personas como David.

    Gracias

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