El próximo 24 de febrero tendrá lugar el estreno de la marcha procesional Hijos de Israel de Rubén Jordán, compositor alicantino afincado en Toledo. El estrenó, en el marco de un concierto a beneficio de Som com tu, correrá a cargo de la UIM La Esmeralda de Almassora (Castellón) dirigida por Víctor Alapont.
Hijos de Israel es una marcha procesional solemne dedicada, como consta en la partitura original, a las Hijas de la Virgen de los Dolores de Almassora, santas mediadoras en el sufrimiento y el amor del mundo.
Explica Jordán en, exclusiva para Radio Banda que: en el Antiguo Testamento, en el libro de Sofonías, se dice: “Alégrate, hija de Sión […] el Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti […] El señor, tu Dios, está en medio de ti, valiente y salvador”. Dios acude como salvador estableciendo su morada en medio de su pueblo, en el seno de Israel, en el seno de María. Así, se identifica María como la morada de Dios viviente, del verbo hecho carne, haciéndonos partícipes al resto de la humanidad también como hijos de Israel porque somos hijos en el Hijo. Jesús fue inmolado ante los ojos de los hijos de Israel haciéndonos a todos igualmente partícipes como hijos de Israel, viviendo como rito perenne su sacrificio, muerte y resurrección. Dios nos habla a través de María. Dios nos habla a través del silencio en sus misterios dolorosos. Si unimos estas palabras con las pronunciadas por el Santo Padre Benedicto XVI en su encíclica Spe salvi, cuando dice que Santa María Virgen fue una de aquellas almas humildes y grandes de Israel que, como Simeón, esperó el consuelo de Israel y la redención de Jerusalén, todo toma otro cariz.
Rubén Jordán contextualiza Hijos de Israel volviendo a las palabras de Benedicto XVI pronunciadas en este caso en una de sus homilías dedicadas a los enfermos, en las que indica que es en este mundo enfermo envuelto en guerras internas y externas donde, a través de Ntra. Sra. De los Dolores, podemos contemplar a María, como hijos de Israel, que comparte la compasión de su Hijo por los pecadores del mundo. Contemplemos a María como una fuente de amor de quien brotaron ríos de agua viva para irrigar la historia de la humanidad. María dijo “Sí” a Dios. Digamos “Sí” con la intercesión de María Dolorosa a la voluntad de Dios, quien nos da alas para volar. Pidamos a la Virgen de los Dolores, como madre que comparte el sufrimiento y el amor, que nos ayude abrir a Dios la puerta de nuestra vida.Hijos de Israel lleva consigo musicalmente todas estas reflexiones del autor, inspirado en el Santo Padre. Reflexiones en las que la música no sólo está pensada para acompañar un paso procesional, sino que también describe todo un bagaje cultural y teológico.