Getxo dona 23 instrumentos a la orquesta social de Norai

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La recogida de material en la que ha participado la escuela de música Andrés Isasi ha logrado diez violines, dos violas, un violonchelo, una trompeta, dos saxos, un txistu, dos acordeones, tres instrumentos de pequeña percusión, un teclado y un atril.

Todos ellos serán donados al proyecto Etorkizuna Musikatan-Futuro, impulsado por la asociación bilbaina Norai, un colectivo se dedica a la asistencia y el apoyo social y cuenta con una orquesta sinfónica compuesta por niños de los barrios de San Francisco, Bilbao la Vieja, Casco Viejo, y Zabala, entre otros.

La presidenta de la escuela de música, Irantzu Uriarte, entregó ayer a María Molinuevo, representante de Norai los 23 instrumentos. Uriarte agradece a las familias getxotarras sus donaciones y su implicación en esta iniciativa.

«Getxo siempre ha tenido un carácter y espíritu solidario», destaca.

«Queremos agradecer también el trabajo de Norai en la inserción de jóvenes a través de la música y destacar el trabajo de la musika eskola más allá de la enseñanza musical, en la educación en valores». De hecho, este es el segundo año en el que la escuela Andrés Isasi se implica en esta acción benéfica.

Así que esta aportación de Getxo pasará a formar parte del banco social de instrumentos de la orquesta infantil de Etorkizuna Musikatan. «Este proyecto significa romper muchos estereotipos y barreras mentales invisibles, porque parece que la música clásica está asociada a un cierto nivel socio-económico y romper esa barrera implica que estos niños se planteen derribar más y que, a su vez, otras personas se planteen romper sus prejuicios respecto a ellos», explicaba recientemente a este periódico María Molinuevo.

Etorkizuna Musikatan comenzó su partitura hace menos de dos años, cuando un grupo de músicos venezolanos afincados en Bilbao tuvo la idea de desarrollar un programa que en su país lleva funcionando más de 40 años. La asociación Norai no dudó en ejercer como directora de orquesta hablando con los centros públicos de los barrios donde actúa: Mujika (Casco Viejo), Miribilla (San Francisco), etc. Y ya son alrededor de cuarenta los pequeños músicos que sonríen, se integran, se animan y demuestran que el talento no está en el bolsillo. Ensayan a diario y tienen sus actuaciones, por supuesto, aunque el coronavirus se haya metido en medio de este camino integrador al poco tiempo de iniciarse.

Fuente: deia.eus

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