Martínez Gallego se considera una persona campechana, de “pueblo”, más bien de “aldea”. Es de San Antonio de Requena. “Me considero muy sociable, muy amigo de mis amigos, respetuoso, no me suelo llevar mal ni tener problemas con nadie.”
Ingresó en la banda con el cambio de director
Hijo de músico; su padre tocaba el clarinete. Después de un cambio de director le dijo: “apúntate y prueba”. El resultado fue bueno. “Eran los años 80, tenía 11 años y así comencé… mucho más tarde de lo que se comienza ahora..» Su padre aguantó unos años más, aunque lo volvieron a llamar para algunos certámenes, pero, como él mismo nos dice: “Siempre sería maravilloso que todo músico dejara a otro cuando se va, por supuesto, esto no siempre ocurre.”
Uno de los inconvenientes que le surgió, como le pasa a muchos jóvenes, fue que también llegó a jugar al fútbol y efectivamente los entrenamientos coincidían con los ensayos, así que tuvo que elegir y escogió la música. Empezó en “La Armónica” de San Antonio, estando al frente como director Jesús Perelló Fuster.
A los 12 años ya escuchaba música clásica
Con tan solo 12 años ya escuchaba los cassettes de música clásica que había por su casa. “Actualmente la gente más joven esto no lo hace, una pena muy grande. Yo es lo que tenía en casa… Escuchaba a Tchaicovsky, Stravinsky, Mahler… En mi casa no tengo otro tipo de música, tampoco en el coche. Con ello no quiero decir que haya música buena o mala, si está bien hecha toda es buena, sea del estilo que sea.”
Comenzó los estudios de forma libre. Una vez acabados los exámenes en los conservatorios, los profesores se trasladaban a los pueblos para examinar por libre. “Así fueron mis estudios hasta casi el final de la carrera de clarinete, a excepción de las complementarias que sí que tuve que desplazarme”.
Con el tiempo se dedicó a la composición, se inscribió en la academia “Taller de Música Jove” para estudiar con Daniel Flors, guitarrista, compositor y profesor de jazz. Con él estudió armonía de jazz, armonía moderna, rearmonización… así comenzó a componer sus primeras obras. Con el tiempo siguió haciendo cursos. ”Tuve un gran profesor: Miguel Ángel Mateu (murió hace unos años muy joven), tenía una gran sabiduría. El decidirme por el estudio de la carrera de composición fue por hacer oficial en mis estudios esta especialidad que es realmente la que me gusta. Así, me matriculé en Conservatorio de Castellón donde estudié, entre otros, con Ferrer Ferrán, César Cano, Jesús Vizcaíno, Claudia Montero, Emilio Calandín, Miguel Ángel Berbis… y así comenzó todo.”
“Cuando me presenté al conservatorio a hacer la prueba había que presentar varias composiciones, ya tenía muchas. Pedían prueba de piano y ahí sí que llegué muy justo, pero logré entrar. Al acabar la carrera de composición, ese mismo verano, no llegó a un mes le preguntaron a mi profesor Miguel Ángel Mateu por alguien para dar clases de armonía y análisis en el Conservatorio de Grado Medio “Mestre Molins” de Quart de Poblet, allí estoy desde entonces.”
Está 16 años al frente de la Unión Musical “El Arte” de Sinarcas
Los estudios de dirección los realizó con José Rafael Pascual Villaplana. Lleva 16 años en la Unión Musical “El Arte” de Sinarcas como director. “En 2015 conseguimos el 1er. Premio y Mención de Honor en el Certamen de la Diputación e igualmente en la final del Certamen de la Comunidad Valenciana. Estoy muy a gusto con ellos y creo que ellos también conmigo, espero que sea por muchos años más“. Sus primeros comienzos de dirección fueron con la Banda Juvenil de San Antonio.
“Los compositores que más me han marcado como autodidacta que empecé han sido Stravinsky, Lutoslawski, Messiaen, Mahler, Shostakovich, Ravel… sin dejar a los más clásicos como Beethoven o Bach, ni a más actuales como James MacMillan, John Adams, Christopher Rouse… hay tantos…. En cuanto a los profesores que más me marcaron son los que ya he nombrado antes. Mi lenguaje es principalmente modal. Hablamos de cualquier modo o escala, no solo de los clásicos que todos conocemos (dórico, frigio…), sino artificiales, incluso creados por mi, un lenguaje propio y ecléctico. Aplico mismos motivos o células en diferentes modos y otros estilos más seriales. Quizá sean palabras muy técnicas para esta entrevista, pero es así, no puedo explicarlo de otra forma.”
Dos obras muy importantes para este año : “El Quervo” y la Sinfonía nº 3 “Aquae Flaviae”
“En la actualidad, no me puedo quejar. He estado trabajando con dos obras muy importantes “El Quervo” y la Sinfonía n.º 3 “Aquae Flaviae”. La primera se tocará el 16 de julio como obra libre por una de las Bandas participantes en la 1ª Sección del CIBM de Valencia, la Asociación Musical Moteña de Mota del Cuervo, y la otra en Kerkrade el 31 del mismo mes por la Orquestra de Sopros da Academia de Artes de Chaves (Portugal). El trabajo en el que estoy ahora, y alguna sorpresa que no puedo desvelar, es un pasodoble para el 50º Aniversario de la Unión Musical de Torrent y su interpretación en el CIBM del año próximo. Lo importante es no parar. Si gracias a estos continuados estrenos tanto nacionales como internacionales aparecen más proyectos, pues encantado de la vida.”
“Un premio que quiero destacar es el del 2005. Fue el premio de composición en Muro de Alcoy con “Miraculum”. Quiero destacarlo no por el premio en sí, sino por el hecho de que la agrupación, al frente de Rafa García Vidal, fue al Certamen de Valencia en 2016 a 1.ª Sección y ganaron con ella. También triunfó con ella la Sociedad Musical “La Armónica” de Cox con Gonzalo Berná Pic como director.”
La Sinfonía nº 1 “Kaprekar” . Un gran empuje en su carrera
“Otra de mis composiciones que quiero destacar es la Sinfonía n.º 1 “Kaprekar”. Esto supuso un empuje en mi carrera como compositor. En 2011 la Unión Musical de Liria, con Enrique Artiga al frente, me la encargó para el Certamen de Altea de 2011. Algún año después, en 2014, contactó conmigo el director Martin Seggelke y la Universidad Estatal de IIlinois (EEUU). Querían tocar la obra y grabarla con la discográfica Naxos. Fue un viaje un tanto peculiar, si hubiera tenido que ir solo no sé si lo hubiera hecho, en los aeropuertos nos pasó de todo… se reían cuando les decía que iba a EEUU a grabar una obra. Me salvó el venir mi mujer que se defendía un poco con el inglés. Aquello fue impresionante musicalmente, aunque nos alojaron en un hotel a 5 kms de la población, no podíamos salir de allí porque estábamos a -12º C, casi encerrados. Nos recogían por la mañana y nos devolvían por la tarde después de los ensayos.”
El panorama musical está entristecido
“Actualmente, el panorama musical, siempre desde el punto de vista de la banda de música, está ‘entristecido,’ y el panorama compositivo, por un estilo. Por otro lado, están saliendo cantidad de compositores, algo en parte muy positivo, pero lo comparo a cuando se creó “Operación Triunfo”, querían que salieran todos los años 16 artistas vendiendo discos. Eso es imposible, eso al final revienta, ya se comprobó que ni siquiera los que ganaban vendían discos. Esto es más o menos igual. Lo interesante para poder avanzar es que cada uno tenga su estilo propio y no imite a nadie. Esto pasa en todo tipo de música, cualquier cantante que imita a otro está condenado al fracaso, y en la composición, en concreto para banda, pasa lo mismo. Siempre hay que estudiar a los clásicos primero, después a los actuales, escogiendo lo que más guste e interese, pero desarrollando un estilo propio.”
“Me preocupa el efecto que ha tenido la pandemia, pero, sobre todo, en la Comunidad Valenciana. Las bandas, los conservatorios… han mermado, han decaído, aunque hay un aspecto positivo, se han saneado las agrupaciones y han quedado los verdaderos interesados en la música. La pandemia ha afectado Igualmente en el aspecto compositivo, si las bandas no están en el mejor momento, no todo se puede tocar y afecta también a los compositores. Todo afecta, hasta la guerra, aunque, como ya he dicho anteriormente, yo no me puedo quejar. Espero que antes o después podamos volver a la necesitada normalidad, que tampoco nunca será la total felicidad”.
Manoli Aracil