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El Festival de Salzburgo ha terminado una complicada edición, marcada por la pandemia y por la celebración de su centenario, con una ocupación del 96 %, más de 76.000 espectadores y cero contagios. La dirección del certamen ha hecho públicos estos datos, tras su actividad ininterrumpida durante 30 días, con 110 representaciones de teatro, conciertos y funciones ópera, demostrando la viabilidad de los eventos culturales pese a las restricciones que impone la COVID-19.
A diferencia de otras grandes citas del verano musical europeo, como el Festival de Bayreuth, Salzburgo decidió adaptar su programación, recortando su presupuesto y el número de actividades. En total, han acudido al Festival de Salzburgo un total de 76.000 espectadores, vendiendo un 96% del aforo disponible, incluso con las restricciones a la movilidad que han impedido la presencia de espectadores internacionales.A pesar de la elevada asistencia, lo cierto es que no se han dado brotes ni contagios individuales. Tan solo se informó de un caso positivo por parte de una trabajadora, en el transcurso de los preparativos del Festival, semanas antes del inicio de su programación. El aforo fue limitado a un máximo de 1.000 personas por función, siendo obligatorio el uso de mascarilla en todos los espacios, excepto durante la representación de las obras. El Festival llevó a cabo unas 3.600 pruebas de COVID-19 entre todos sus empleados.
El ministro de Sanidad de Austria, Rudi Anschober, ha defendido el éxito y la ejemplaridad del certamen: «Salzburgo es una prueba de que incluso durante la pandemia más grave del mundo en 100 años, se pueden aplicar con éxito grandes eventos culturales».
