Por Justo Romero. Director artístico del Festival
Beethoven, de la mano del pianista y director de orquesta Javier Perianes y de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, cerró el domingo con resonante éxito la primera edición del Festival de Llíria. Fue una jornada cálida y de alta calidad musical, celebrada bajo la acústica propicia del espacioso teatro de la Banda Primitiva y que contó con destacada presencia de músicos y personajes de la cultura y la política. También de calado afectivo: en la pausa del concierto de clausura, entre los conciertos para piano y orquesta primero y tercero de Beethoven, el alcalde de Llíria, Joanma Miguel León, y Enric Morera, President de las Corts Valencianes, distinguieron e hicieron entrega sobre el escenario de la Banda Primitiva al legendario promotor musical Alfonso Aijón la primera medalla del nuevo Festival.
Aijón, de 91 años y figura esencial de la música española durante los últimos setenta años, fundador de Ibermúsica y promotor de los grandes conciertos sinfónicos que se celebraron en Llíria entre 1976 y 1982, recordó aquellas actuaciones en la capital edetana de las mejores orquestas, directores y solistas del planeta. “Se quedaban todos asombrados, boquiabiertos al comprobar que en la España de los años setenta hubiera un lugar único en el mundo en el que se hablaba más de música y músicos que de política o fútbol”. “Ésa es precisamente”, remató el homenajeado, “la Llíria que encandiló a figuras como Celibidache, Giulini o Barenboim”. Una Llíria que el domingo quiso reconocer, con esta primera medalla y el aplauso vivo del público congregado en el Teatro de La Primitiva, su labor, trayectoria y cercanía. “Un reconocimiento tan merecido como emocionante”, resumió un melómano al final del acto.
Llíria y su primer festival de música han acaparado así la agenda musical de la Comunitat Valenciana y nacional durante la última semana. De hecho, ha sido la primera vez que las cuatro grandes formaciones sinfónicas de la Comunitat -Orquestra de València, Palau de les Arts, ADDA Simfònica y Jove Orquestra- actuaban en un mismo lugar y en cuatro días consecutivos. Una cita de poderoso contenido sinfónico, en el que bajo la dirección de maestros como Nuno Coelho, Josep Vicent, el edetano Álvaro Albiach, Cristóbal Soler y el propio Javier Perianes -que desde el teclado dirigió los conciertos de Beethoven- se han escuchado en las favorables acústicas de La Unión y La Primitiva, impactantes versiones de grandes composiciones sinfónicas, como la Segunda sinfonía de Sibelius o la Obertura Festiva de Shostakóvich, o los ballets Romeo y Julieta de Prokófiev y El pájaro de fuego de Stravinski, dirigido “magistralmente” por Álvaro Albiach.
Entre los solistas, además de Javier Perianes, han actuado los pianistas Carlos Apellániz y la portuguesa Marta Menezes; el violinista edetano Vicent Huertas, y un nutrido conjunto de “Mestres de Vent de Llíria”, que fue artífice de una jornada camerística en la que se escucharon serenatas y divertimentos de Mozart y de su coetáneo y rival el valenciano Vicent Martín i Soler. La música contemporánea, española y valenciana, ha ocupado también particular relieve, con obras tan novedosas como Aqua cinérea, de Francisco Coll, que abrió el Festival el pasado 21 de julio, y dos composiciones del también valenciano Óscar Colomina, igualmente dirigidas por Albiach.
Punto y aparte merece la interpretación de la monumental Misa número 2, en mi menor, de Anton Bruckner, que el domingo se escuchó en la incomparable Iglesia de la Sangre, en un versión matinal de intenso calado religioso y musical, protagonizada por el Orfeó Valencià y los virtuosos “Mestres de Vent de Llíria”, dirigida con intensa efusividad por Cristóbal Soler
El contenido de este primer festival se ha enriquecido también por la presencia en sendos conciertos de conjuntos como el Cor de la Generalitat -que el viernes abarrotó la Iglesia de la Sangre con un concierto de coros de ópera y zarzuela-, cantantes del Centre del Perfeccionament del Palau de les Arts, y con la celebración, en paralelo, del I Forum Internacional de dirección de orquesta, promovido igualmente por el ayuntamiento de “la ciudad de la música”. Quizá nunca Llíria fue tan “Ciutat de la Música”, como en estos días festivaleros en los que la mejor música ha recalado de la mano de sus mejores intérpretes.