El poema sinfónico está inspirado en la leyenda de Chelva que cuenta la historia de amor entre el Vizconde Francisco Ladrón y Pallás II y una morisca. Según cuenta la leyenda, hace muchos años, en la villa de Chelva convivían tres culturas pacíficamente; judíos, moriscos y cristianos. Cada una habitaba un barrio del pueblo; los judíos en el Azoque, los moriscos en el Arrabal y los cristianos en las Ollerías. Pero, la intolerancia de unos pocos puso fin a un amor que debió durar para siempre. Ni la condición social, ni las creencias religiosas, ni cualquier otro aspecto debiese impedir nunca el amor y el entendimiento entre personas. Esta obra nos cuenta una historia que debe recordarse para que nunca se repita. La música lleva implícita los valores de respeto, tolerancia, convivencia y mestizaje, y así llega su mensaje a nuestros corazones.
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