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La venta de una serie de la obra ‘Génesis’ de Ernesto Knorr ayudará a impulsar la escuela solidaria de Músicos sin Fronteras en Khanasore
Una escultura solidaria ayudará a las mujeres que fueron secuestradas, violadas y sometidas como esclavas por el Estado Islámico en Irak a recuperarse a través de la música. Un total de 500 copias de ‘Génesis’, una escultura de acero corten creada por el artista vitoriano Ernesto Knorr, se pondrán a la venta para impulsar la escuela de música fundada por Músicos sin Fronteras en la ciudad iraquí de Khanasore.
«Queremos contribuir a la felicidad de estas personas a través del arte y la belleza y ayudar a esta región que vio nacer la música y las primeras partituras», ha afirmado este martes Jesús María Alegría ‘Pinttu’, presidente de la asociación. Con ‘Génesis’, una escultura de apenas 28 centímetros de altura con forma de V, Knorr ha querido simbolizar la libertad, la necesidad de liberarse de las ataduras y el deseo de volar. «Las dos líneas se abren dejando escapar pequeños fragmentos de esperanza para un pueblo oprimido», ha explicado su creador. El medio millar de reproducciones se pondrá a la venta por 480 euros con la firma del autor en la Talka Galería.
Knorr diseñó ‘Génesis’ a sugerencia de Alegría, quien le animó a contribuir al proyecto musical solidario con su arte. «Si la situación que se vive en Irak era mala entonces, ahora es mucho peor», ha señalado en referencia a los bombardeos que azotan la zona. «Ponen los pelos de punta mientras la comunidad internacional hace oídos sordos», lamentó. Pinttu, a su vez, denuncia que anteayer se bombardeó una escuela contigua a la que Músicos sin Fronteras tiene en Kurdistán. «Hemos visto fotos de alumnos de la escuela heridos y estamos muy dolidos», confiesa.
Alegría insiste en la necesidad de sacar adelante estos proyectos solidarios «con o sin las instituciones». «No podemos quedarnos esperando, ayudar es importante para recuperar psicológicamente a los niños y las mujeres que sufren tras haber sido secuestradas, violadas o incluso haber tenido los hijos de sus violadores», apremia Pinttu, quien asegura que para ellos la única medicina es la música. «Cuando cogen una guitarra o un violín y se lo llevan a casa se olvidan de este drama durante un tiempo», subraya. Es por eso que Músicos sin Fronteras ya prepara el envío de una segunda tonelada de instrumentos, leche y ropa para ayudar a la comunidad de Khanasore.
Terapia para las mujeres
Las mujeres de la zona están organizando grupos de percusión para compartir tiempo juntas y superar el pasado. «Creemos que vean que se crea algo para ellas es ilusionante y puede ayudarles a seguir adelante», apunta Knorr, quien planteó la posibilidad de que ‘Génesis’ se construya en un tamaño de 2 o 2,5 metros de altura en Vitoria y en Irak para, de alguna manera, hermanar el origen y el destino del proyecto.
Lo recaudado con las réplicas de ‘Génesis’ seguirá financiando el proyecto de Músicos sin Fronteras en Khanasore, y sus organizadores hacen un llamamiento a las instituciones para que esta escultura se instale en la capital alavesa. «Hemos propuesto que Vitoria sea la capital de la música y la solidaridad y creemos que es una oportunidad que no debe dejarse escapar», señala Pinttu sin dejar de insinuar que una ciudad vizcaína ya ha mostrado su interés. Y mientras el documental ‘Armonías para después de la guerra’, rodado en Rojava, en el Kurdistán sirio, sigue ganando premios, la ONG ya espera grabar otro en Khanasore.